No eran ataques quirúrgicos: Amnistía denuncia el "castigo colectivo" del ataque de Israel en Gaza
La organización habla de "destrucción generalizada", que ha afectado a la población civil, más allá de la supuesta diana en la Yihad Islámica palestina.
La organización no gubernamental Amnistía Internacional ha denunciado este martes la "destrucción generalizada" causada por la reciente ofensiva militar de Israel contra la Franja de Gaza y ha incidido en que supuso "una forma de castigo colectivo" contra la población civil del enclave palestino.
Israel inició a principios de mayo una campaña de bombardeos contra objetivos en Gaza de Yihad Islámica, que respondió con el disparo de proyectiles contra territorio israelí, sucesos que se saldaron con la muerte de decenas de palestinos y al menos dos personas en Israel, incluido un trabajador palestino.
Amnistía ha señalado que "Israel destruyó viviendas palestinas de forma ilegal y sin que mediaran necesidades militares en lo que constituye una forma de castigo colectivo contra la población civil", antes de acusar al Ejército israelí de llevar a cabo ataques aéreos aparentemente desproporcionados que causaron la muerte y heridas a la población civil palestina, incluidos menores de edad.
La organización ha especificado que ha investigado nueve bombardeos que provocaron la muerte de civiles y daños en edificios de viviendas en la Franja, algunos de los cuales fueron destruidos. Entre ellos figuran tres ataques ejecutados el 9 de mayo en los que murieron diez civiles y resultaron heridos alrededor de 20.
Asimismo, ha recalcado que las Brigadas Al Quds, brazo armado de Yihad Islámica, dispararon cohetes de forma indiscriminada, causando la muerte de dos civiles en Israel y tres palestinos en la Franja de Gaza, hechos que también deberían investigarse "como crímenes de guerra".
La directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, Heba Morayef, ha resaltado que "ha pasado un mes desde el acuerdo de alto el fuego entre las autoridades israelíes y los grupos armados palestinos, pero el sufrimiento que causan a la población civil de la Franja de Gaza estas recurrentes ofensivas israelíes no cesa nunca".
"En nuestra investigación, hemos escuchado relatos vívidos de bombas que destruían casas, de padres sacando de entre los escombros a sus hijitas, de una adolescente mortalmente herida cuando estaba en la cama abrazada a un oso de peluche. Más aterrador que todo esto es la casi certeza de que, salvo que los responsables respondan de sus actos ante la Justicia, estas espantosas escenas se repetirán", ha señalado.
"El hecho de que estemos documentando las mismas constantes de homicidios ilegítimos y de destrucción una y otra vez da fe de la inacción de la comunidad internacional a la hora de exigir cuentas a Israel. La impunidad de Israel por los crímenes de guerra que comete reiteradamente contra la población palestina y por sus 16 años de cruel bloqueo ilegal en curso de la Franja de Gaza alienta que se cometan aún más violaciones y cronifica la injusticia", ha denunciado.
La ONG ha indicado que las operaciones militares israelíes durante el 9 de mayo, que dejaron once civiles muertos -incluidos cuatro menores-, causaron daños en 2.943 viviendas, 103 de las cuales quedaron completamente destruidas, lo que provocó que 1.244 personas quedan desplazadas, según los datos del Ministerio de Obras Públicas palestino.
En esta línea, ha explicado que los cohetes disparados por las Brigadas al Quds mataron a dos personas en Israel y a tres palestinos en el norte de la Franja, incluida una niña de diez años y un adolescente de 16 identificados como Layan Mduj y Yazan al Ayan, respectivamente.
"Conocidos por su imprecisión inherente, los ataques con cohetes de grupos armados palestinos son indiscriminados. Estos ataques deben investigarse como crímenes de guerra y las víctimas deben recibir una reparación sin demora y adecuada", ha destacado Morayef.
Daños desproporcionados a civiles
Entre los casos investigados figura un ataque perpetrado por Israel el 9 de mayo contra un edificio de dos alturas situado en el barrio de Al Shaf de Ciudad de Gaza. El objetivo del ataque era el apartamento de Jalil al Bahtini, alto cargo de las Brigadas al Quds y se saldó con la muerte de este hombre, su esposa, Leila, y su hija de cuatro años, Hayar, además de dos jóvenes de 17 y 19 años que vivían en el apartamento de al lado.
Alaa Adas, padre de estas dos jóvenes -identificadas como Dania e Iman-, ha relatado en declaraciones a Amnistía que se despertó cuando la puerta de su dormitorio cayó sobre él. Tras ello, fue a la habitación de sus hijas, una de las cuales había muerto en el acto, mientras que la segunda falleció horas después en un hospital. "En lugar de graduarse y de estudiar en la universidad y cumplir su deseo de convertirse en médica, (Iman) murió", ha lamentado.
Morayef ha incidido en que "como civiles, las vidas de Leila y de Hayar al Bahtini y de Dania e Iman Adas debían haber sido protegidas, no destruidas". "Israel tiene la obligación de cancelar un ataque si resulta evidente que podría causar daños desproporcionados a civiles y a bienes de carácter civil. El lanzamiento intencional de un ataque desproporcionado es un crimen de guerra", ha recalcado.
En esta línea, Amnistía Internacional ha abundado en que la "destrucción deliberada" por parte de Israel provocó "un alto precio" entre los civiles, incluidas personas con discapacidad. En uno de estos casos, las fuerzas israelíes atacaron el 13 de mayo un edificio de cuatro pisos en el campo de refugiados de Yabalia donde vivían 42 miembros de la familia Nabhan, cinco de los cuales sufren alguna discapacidad, incluidos tres que usan silla de ruedas.
Husam Nabhan, testigo del ataque, ha resaltado en declaraciones a Amnistía Internacional que recibió una llamada aparentemente realizada por los servicios de Inteligencia israelí para comunicar que tenían 15 minutos para evacuar el edificio, tras lo que trasladó que en el lugar había varias personas con discapacidad y que necesitaban más tiempo, pese a lo cual el interlocutor se limitó a repetir el aviso.
Tras el ataque, Hanin Nabhan, de 22 años, ha quedado tan traumatizada que apenas podía hablar y ha dicho que su silla de ruedas había quedado enterrada bajo los escombros de su casa, por lo que ya no podía desplazarse con independencia.
La ONG ha señalado que su investigación no ha hallado indicios de que este edificio y otros dañados o destruidos durante los últimos dos días de la ofensiva hubieran sido empleados para almacenar armas u otro material militar ni de que se hubieran lanzado cohetes desde su proximidad inmediata.
"La causa fundamental de esta violencia indescriptible es el sistema de apartheid israelí. Este sistema debe ser desmantelado, debe levantarse inmediatamente el bloqueo de la Franja de Gaza y los responsables del crimen de apartheid, crímenes de guerra y otros crímenes de Derecho Internacional deben rendir cuentas", ha zanjado Morayef.