Rebajemos las expectativas sobre la vacuna: en 2021 seguirá habiendo pandemia

Rebajemos las expectativas sobre la vacuna: en 2021 seguirá habiendo pandemia

Para hablar del fin del coronavirus no se necesita sólo encontrar la fórmula de una inyección.

Una trabajadora sanitaria, con una muestra de la vacuna rusa en un hospital de Moscú, el 16 de septiembre de 2020.Sefa Karacan/Anadolu Agency via Getty Images

Mediados de 2021 según la OMS—, finales de 2021 según un investigador de Oxford, diciembre de 2020 según el Gobierno español y, por último, dentro de tres semanas, según el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.   

Las autoridades no se ponen de acuerdo a la hora de dar una fecha en la que la población empezará a vacunarse frente al coronavirus. Es lógico, por un lado, ya que las tres vacunas más avanzadas la de Oxford, la de Moderna y la rusa están todavía en fase tres; por otro lado, sin embargo, algunos expertos lamentan que se estén creando falsas expectativas en torno a esa ansiada fecha.

“Creo que se están poniendo demasiadas esperanzas en la vacuna cuando todavía tenemos bastantes dudas”, comenta Pedro Gullón, epidemiólogo social y médico especialista en medicina preventiva y salud pública. “Que a finales de año se empiece a vacunar puede entrar dentro de lo normal si no ocurre nada, pero los procesos de desarrollo de fármacos son muy complejos y, de hecho, estos días hemos visto que puede haber imprevistos”, apunta. 

Gullón se refiere al parón (finalmente de sólo unos días) que anunciaron la Universidad de Oxford y AstraZeneca en su vacuna tras detectar un posible efecto adverso en un voluntario. Pero aún hay más, advierte Gullón. “Puede que alguna de las vacunas que están en fase 3, que son las que, por plazos, podrían empezar a producirse a finales de año, no llegue a ser efectiva. Parece que esto es lo que menos tenemos en cuenta, cuando en realidad la finalidad de una vacuna es esa”, explica. “Es verdad que en fase 2 ya desarrollaban anticuerpos y hay indicios de que pueden funcionar, pero no sabremos la efectividad de esas vacunas hasta que no acaben la fase 3”, insiste el coautor de Epidemiocracia

A lo mejor hay una vacuna para finales de año, pero a lo mejor no es efectiva o es muy poco efectiva

En pocas palabras, “a lo mejor hay una vacuna para finales de año, pero a lo mejor no es efectiva o es muy poco efectiva”, resume el epidemiólogo. “Si tenemos una vacuna que funciona medianamente bien y protege a unos niveles altos de la infección y no sólo de los síntomas, y además tenemos capacidad de distribuirla, sí puede cambiar la dinámica completa del Covid”, afirma Gullón. “Ahora, si tenemos una vacuna que protege de los síntomas graves más que del contagio (en función de la respuesta inmunitaria del cuerpo), si finalmente no es tan efectiva en determinados segmentos de la población, entonces la dinámica no cambiará tanto, aunque sí será una herramienta para frenar la epidemia”, explica.

“Nos imaginamos una vacuna que va a proteger al cien por cien de las personas que se la pongan y no necesariamente es así. A lo largo de la historia ha habido vacunas que han dado protección muy buena y otras que han sido más flojitas”, coincide Salvador Macip, doctor en Medicina y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

En cualquier caso, “en estos momentos, una vacuna que proteja parcialmente ya es mucho mejor que nada”, reconoce Macip, que pone un ejemplo: “Una vacuna que proteja al 50%, que en principio sería mala, en esta situación sería fantástica, porque significa que habría la mitad de infecciones”.

“Lo de las fechas de las vacunas no es realista para nada”

Lo que no comparte Macip es la postura de quienes se empeñan en anticipar cuándo estarán listas las vacunas. “Lo de las fechas no es realista para nada”, critica. El doctor considera que “ha sido un error empezar a decir que tal día tendremos tantas dosis, porque no se sabe todavía”. “Lo que es seguro es que antes de que pasen la fase 3, es irresponsable pensar en distribuir la vacuna”, afirma.

“Siendo realista, creo que la vacuna frente a la COVID-19 tardará más tiempo en ser comercializada del que se ha indicado”, opina Teresa Pérez Gracia, catedrática de Microbiología de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Valencia. “El proceso de realización de una vacuna efectiva y segura requiere tiempo”, argumenta la microbióloga. “En la mayoría de las vacunas que existen comercializadas este procedimiento ha tardado unos 10 años, y la vacuna que más rápido completó este proceso fue la de las paperas, que tardó aproximadamente unos 4 años”, apunta. También está el ejemplo del sida, una enfermedad para la que todavía no hay vacuna pese al “trabajo, dinero y esfuerzo” dedicados, recuerda la profesora.

La vacuna frente a la COVID-19 tardará más tiempo en ser comercializada del que se ha indicado

Los expertos son conscientes de que la estrategia política de anunciar fechas se debe a que “la vacuna ofrece muchas seguridades” en una época de tantas incertidumbres, y a que, por el momento, es la única solución a esta crisis. 

“No hay una salida a esta pandemia que no sea con vacuna”, zanja Macip. “Hasta que no consigamos la inmunidad de grupo, esto va a seguir así. Y la inmunidad de grupo la conseguiremos con la vacuna”, resume. Gullón refuerza estas palabras: “La gente está deseando que haya una solución a la Covid; por eso es complejo salirse de esta narrativa y ponerse un poco pesimista, pero hay que frenar y decir: ‘Quizás la vacuna es muy efectiva, pero quizás no’”. En el peor de los casos, matiza el epidemiólogo, podría ocurrir como con la vacuna de la gripe, que aunque no es cien por cien efectiva, sí disminuye el número de gente con síntomas graves. “Si conseguimos que todo el mundo desarrolle sólo síntomas leves con la Covid, pasaría a ser como un constipado común y podríamos dejar de preocuparnos tanto por los contagios”, razona Gullón. “Pero no lo sabemos”.

“El día que se apruebe una vacuna, no habrá terminado todo”

Esto implicaría que, aunque nos vacunemos, deberíamos seguir con las medidas de seguridad, desde mascarilla y distancia hasta limitación de aforos. “Si, en cambio, la vacuna tiene una efectividad del 80% o 90%, sólo con la vacunación valdría para alcanzar la inmunidad de rebaño”, explica Pedro Gullón.

No obstante, aunque se alcance una efectividad tan elevada, los países tendrían que conseguir las dosis suficientes y, además, lograr que la gente se vacune de forma masiva. “A partir de ahí, ya podríamos hablar de escenarios mejores”, sostiene Gullón.

“El día que se apruebe una vacuna, no habrá terminado todo”, insiste Salvador Macip. “El final de la pandemia empieza ahí, pero no sabemos cuánto tiempo va a tardar en irse. Para conseguir la inmunidad de grupo, tendríamos que vacunar aproximadamente al 60-70% de la población; pero esto no se consigue de la noche a la mañana”, explica Macip.

La única enfermedad infecciosa humana que se ha logrado erradicar es la viruela

“Si la vacuna es lo suficientemente efectiva, permitirá ir inmunizando a la población y, por lo tanto, la transmisión del virus disminuirá, pero será un proceso paulatino que llevará un cierto tiempo”, coincide Teresa Pérez Gracia. “Por ejemplo, en estos momentos la única enfermedad infecciosa humana que se ha logrado erradicar [en 1980] es la viruela y este hecho ha sido posible gracias a muchos años utilizando la vacuna, desde que Edward Jenner en 1798 empezó a vacunar a niños y a las campañas masivas de vacunación realizadas en el siglo XX. Deben pasar muchos años para que veamos eliminada una enfermedad”, ilustra.

Todo pasa por la capacidad de vacunación, pero antes hay que hablar de la producción y distribución de millones y millones de dosis. “Siendo optimistas, y contando con que haya una vacuna en pocos meses, creo que estaremos hablando de vacunarnos a lo largo de todo 2021”, avanza Macip. Y, de nuevo, hay que distinguir: “En algunos países se empezará antes, claro. Si sale la vacuna de Oxford, Reino Unido ha reservado 90 millones de dosis, y seguramente las recibirá antes que el resto de Europa, que también ha hecho ya sus reservas”, recuerda. 

“A lo mejor, en la primera tanda a España sólo llegan 100.000 vacunas. Con eso no alcanza ni para vacunar a todos los sanitarios, y probablemente la siguiente remesa no llega hasta cuatro meses después”, elucubra Macip. “Depende mucho de cómo haya negociado cada país y qué vacunas se ha reservado. Si Europa está cogiendo la de Oxford pero esa no sale adelante, tendrá que comprar vacunas de otro sitio y ponerse a la cola”, sugiere.

Siendo optimistas, probablemente podamos hablar de 2022 como un año tranquilo

También hay que tener presente que, por mucho que haya una vacuna lista en diciembre, “el proceso de fabricación, distribución y vacunación va a tardar meses”, advierte Macip. “Siendo optimistas, probablemente podamos hablar de 2022 como un año tranquilo, con una buena parte de la población ya vacunada para poder hacer vida más o menos normal”, lanza.

Y, aun así, la normalidad no sería absoluta. “Si realmente el objetivo es el fin de la pandemia, se tiene que hablar de vacunación en todos los países del mundo. Si se vacuna a tres cuartas partes de la población en España pero el resto de países no están vacunados y se mantienen las fronteras abiertas, el virus va a seguir circulando”, alerta Macip. “También dependerá mucho de qué tipo de protección dan las vacunas, de si la protección es total o no, cuántos meses de inmunidad proporcionan”, enumera.

“La mascarilla y la distancia van a estar con nosotros un tiempo”, sentencia Salvador Macip. “El error ha sido no comunicarlo desde el principio, porque los científicos lo saben desde hace tiempo; son los políticos los que están despistando un poco”, lamenta. “La vida normal de momento es esta: mascarilla, distancia, lavado de manos y socializar lo mínimo, por lo menos hasta que tengamos a una buena parte de la población vacunada, lo cual puede tardar un año o más”, resume el experto.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es