¿Qué pasa ahora con el desastroso muro fronterizo que ha heredado Biden?
No hay pruebas de que este muro haya frenado el tráfico de drogas o reducido el número de inmigrantes ilegales que han cruzado la frontera. De lo que sí hay pruebas, y muchas, es de que ha provocado graves daños.
El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, solo llegó a construir una pequeña fracción de ese muro “enorme y precioso” que prometió a sus votantes en 2016, pero sus efectos ya han sido catastróficos y de gran alcance.
Con Trump fuera de la Casa Blanca, los conservacionistas del medio ambiente, los líderes indígenas y otros grupos respiran con la esperanza de que el presidente Joe Biden tome medidas inmediatamente, no solo para detener la construcción del muro, sino también para desmantelar los tramos que erigió Trump sobre ecosistemas vulnerables y tierras sagradas. Queda por ver cómo afronta el presidente la transición en esta materia.
Biden se comprometió en agosto a no construir “ni un metro más de muro” durante su presidencia y, en su primer día en el cargo, firmó una pausa de 60 días de la construcción del muro. Sin embargo, han trascendido vídeos de que las obras siguen en marcha en algunos puntos, incluida una zona de Arizona considerada de importancia crítica para los jaguares, que están en peligro de extinción. En vistas de lo sucedido, los ecologistas y los indígenas han manifestado su nerviosismo y su incertidumbre ante la posibilidad de que Biden no mantenga su promesa. Biden también ha guardado silencio sobre si pretende derribar algún tramo del muro fronterizo o si tiene algún plan para solucionar o mitigar los daños que ya ha causado el muro.
Trump prometió a sus seguidores que construiría al menos 724 kilómetros de muro en tramos sin cubrir a finales de 2020, pero no cumplió. Según un informe de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, el expresidente construyó 705 kilómetros de muro, con un gran matiz: solo 64 de esos 705 kilómetros estaban en tramos en los que antes no existía ninguna barrera. Básicamente, solo sustituyó fragmentos del muro que estaban dañados u obsoletos. Y no es un muro de hormigón, como prometió, sino una valla metálica.
Hasta ahora, ni siquiera hay pruebas de que este muro, que ha costado miles de millones de dólares no autorizados por el Congreso, haya frenado el tráfico de drogas o reducido el número de inmigrantes ilegales que han cruzado la frontera, por mucho que Trump diga que sí.
De lo que sí hay pruebas, y muchas, es de que el muro ha provocado graves perjuicios en diversos ámbitos.
Vanda Felbab-Brown, experta en seguridad de la Brookings Institution, ya habló de ello a inicios de febrero: “El muro de Trump ha sido tremendamente destructivo con el medio ambiente, ha acabado con fuentes de agua y ha destruido acuíferos. También ha dañado el paisaje de montaña y sus ecosistemas, que podrían tardar siglos en recuperarse.
Trump ha profanado tierras sagradas para los nativos americanos, destruyó uno de sus cementerios más antiguos con dinamita y partió a la comunidad de Tohono O’odham, cuyos territorios se extienden a ambos lados de la frontera.
El muro le costó ―y le sigue costando― miles de millones de dólares al contribuyente, asegura Felbab-Brown. “Por un lado está todo ese dinero que ya ha ido a parar al muro, y, por otro, todo el dinero que va a seguir costando en concepto de mantenimiento y reparación”, explica. “Son cantidades enormes que habrá que seguir pagando cada pocos años.
Terence Garrett, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Texas, coincide en que los efectos del muro han sido “catastróficos”.
“Lo que ha hecho Trump es construir el muro y preguntar después”, resume Garrett, cuya universidad se ubica precisamente en la frontera entre Estados Unidos y México. Garrett ha escrito multitud de artículos sobre los impactos del muro de Trump sobre los propietarios de tierras y la pandemia. Según explicó en un artículo en agosto, el muro de Trump, junto con su política de cero tolerancia en inmigración, ha provocado una crisis humanitaria al obstaculizar a las organizaciones benéficas internacionales y deportar a los inmigrantes con coronavirus.
Garrett y otros expertos también señalan que, pese a que algunas de las consecuencias del muro de Trump son irreversibles, otras se aliviarán en cuanto Biden se decida a actuar con firmeza.
Una coalición compuesta por decenas de ciudades y cientos de organizaciones está preparando una petición oficial para que la Administración Biden elimine los tramos de muro más problemáticos.
El documento, que todavía no se ha hecho público, pero que ya ha podido leer la edición estadounidense del HuffPost, urge a Biden a actuar en los cuatro estados fronterizos: California, Arizona, Nuevo México y Texas.
La petición también insta a cancelar todos los contratos que Trump firmó con el sector privado para la construcción del muro.
Laiken Jordahl, activista contra el muro, señala que el documento sugiere que todos los fondos dedicados al muro que ya no se van a gastar vayan a parar a las comunidades que se vieron afectadas por los nuevos muros.
“Queremos que inviertan los fondos restantes en la revegetación de los territorios deforestados por las obras del muro y en una compensación a las comunidades y tribus afectadas. Necesitamos incluir en estas conversaciones a las comunidades afectadas. La Administración Trump pasó por encima de ellas sin miramientos”.
Jordahl admite que la llegada de Biden fue un alivio: “Es un soplo de aire fresco”, dijo el 8 de febrero. “Por primera vez en años, no se está construyendo ningún muro en la frontera”.
Pero unos días después, el propio Jordahl dio la voz de alarma al enterarse de que todavía había maquinaria en marcha en las Montañas Pajarito de Arizona, una vía crucial de migración del jaguar norteamericano, una especie incluida en la Ley Federal de Especies Protegidas. (En 2017, Trump autorizó a los contratistas a ignorar esa y otras leyes ambientales para sacar adelante su muro).
Los conservacionistas llevan años advirtiendo de los efectos desastrosos que podría provocar el muro fronterizo sobre el jaguar y decenas de especies protegidas.
“El propio gobierno federal considera fundamentales para el jaguar estos corredores migratorios”, señala Jordahl. “Si Biden no detiene la construcción de estos muros, los jaguares jamás se recuperarán. Su destino está en las manos de la Administración Biden”.
Al ser preguntada por los trabajos de construcción que siguen en marcha, una portavoz del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos explica: “Aunque todos los proyectos fronterizos se han suspendido hasta nueva orden, los contratistas siguen obligados por contrato a mantener unos lugares de trabajo seguros y estables”, explica. Eso incluye guardar la maquinaria, rellenar zanjas y controlar la erosión del suelo.
Esta portavoz no aludió directamente al vídeo anterior en las Montañas Pajarito, pero sí dijo que “la mayor parte de estas actividades mínimas de seguridad se hacen a plena vista”.
“Son actividades necesarias para cumplir la orden del presidente de detener la construcción del muro”, tranquiliza.
El Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos no ha respondido a las preguntas concretas del HuffPost sobre el vídeo, pero emitió un comunicado en el que aseguran que siguen “plenamente comprometidos con la implementación de las órdenes ejecutivas del presidente Biden en materia de inmigración, incluida la pausa de la construcción del muro”.
Un portavoz de la Casa Blanca no ha querido dar más información sobre los planes de Biden con el muro.
Haga lo que haga Biden, está claro que será una lucha cuesta arriba. Los legisladores republicanos harán lo posible por echar para atrás todas las propuestas demócratas sobre la eliminación del muro y Biden podría enfrentarse a costosas batallas legales si cancela por completo los contratos de construcción de Trump. Una estimación reciente del Ejército fija en 700 millones de dólares el coste de liquidar los contratos vigentes.
“Es importante acabar con el muro, especialmente en las zonas más vulnerables de la naturaleza y en territorios tribales”, sostiene Felbab-Brown. “No le va a resultar nada sencillo a la Administración Biden”.
Aun así, Jordahl confía en que Biden logre mitigar los efectos del muro. Al fin y al cabo, las comunidades fronterizas de Arizona fueron clave en su victoria electoral.
“Las comunidades fronterizas hemos sido olvidadas desde siempre, pero parece que el país por fin empieza a ver las injusticias que sufrimos”, comenta Jordahl. “Las comunidades fronterizas ayudamos a Biden a ganar en Arizona. Ahora está en deuda con nosotros”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.