Putin, dispuesto a que un país de la UE sea la sede de unas negociaciones de paz sobre Ucrania
El presidente eslovaco Robert Fico se reunió el domingo con su homólogo ruso en una visita sorpresa poco común en un líder de un país miembro de la Unión Europea.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha afirmado este jueves que está dispuesto a que Eslovaquia sea la sede de unas futuras negociaciones de paz para poner fin a la guerra en Ucrania, después de que abordara esta posibilidad con el primer ministro eslovaco, Robert Fico, durante su visita a Moscú.
Putin ha explicado a los medios de comunicación que el jefe de Gobierno eslovaco "habló, ante todo, de un acuerdo pacífico en dirección a Ucrania", centrando su atención en este tema y proponiendo "negociar una solución pacífica al conflicto", según declaraciones recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax.
"En cuanto al lugar, dijo que, si se trata de negociaciones, estarían encantados de proporcionar una plataforma para que su país lleve a cabo dichas negociaciones. No nos oponemos a esto porque desde nuestro punto de vista Eslovaquia adopta una posición neutral que es aceptable para nosotros", ha manifestado.
Las declaraciones de Putin han provocado una fuerte oposición en Eslovaquia, donde el líder del mayor partido de la oposición, Michal Simecka, ha criticado la idea y ha calificado de "absurda" que la política exterior del país sea comunicada por alguien que no sea su propio Gobierno. Asimismo, ha tildado de "criminal" a Putin, tal y como se puede leer en una publicación en su perfil de la red social Facebook.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores eslovaco ha confirmado en un comunicado al que ha tenido acceso dpa que se había ofrecido a servir como sede para conversaciones de paz entre Kiev y Moscú, señalando que había transmitido su disposición al Gobierno ucraniano a principios de octubre. Asimismo, ha enfatizado su compromiso con una solución no militar y su disposición a contribuir a los esfuerzos de paz.
Fico se reunió el domingo con Putin en una visita sorpresa poco común por parte de un líder de un país miembro de la Unión Europea a Moscú, en la que, según dijo, abordaron el suministro de gas ruso a Eslovaquia de cara al fin del acuerdo sobre el tránsito de gas a través de Ucrania.