Por qué no debería cundir el pánico ante la epidemia del coronavirus
“Que la OMS declare la emergencia internacional es algo positivo”.
30 de enero de 2020. Cuando se cumple un mes exacto de la aparición de una neumonía ‘misteriosa’ en la ciudad de Wuhan (China), la Organización Mundial de la Salud (OMS) decide declarar la emergencia internacional por el nuevo coronavirus y comienzan las repatriaciones de ciudadanos europeos desde China a su país de origen.
Entre la población surgen dudas, bromas y miedos casi a partes iguales. Prácticamente cada hora hay actualizaciones sobre la enfermedad. El Ministerio de Sanidad informa de cada caso sospechoso y de cada falsa alarma (hasta ahora, sólo se ha confirmado uno de los posibles casos en España). Pero la gente teme la propagación del virus y hasta ve con recelos las repatriaciones, aferrándose a la idea de ‘epidemia’ y de ‘emergencia internacional’.
¿Hay realmente motivos para temer? ¿Nos estamos pasando de alarmistas? ¿Qué significa la ‘emergencia internacional’ declarada por la OMS? El doctor Manuel Menduiña, especialista en Medicina Interna del Hospital Virgen de las Nieves de Granada y miembro de Doctoralia, trata de resolver estas dudas y explica lo que se sabe, hasta el momento, de este nuevo coronavirus bautizado como 2019-nCoV.
“En España no debemos tener ningún miedo”, comienza Menduiña. “Hasta ahora, la gestión de esta crisis ha sido bastante eficiente. Los españoles procedentes de Wuhan [y el caso confirmado en la Gomera] estarán en cuarentena y se tomarán las precauciones pertinentes. Habrá un dispositivo y un control diario, y estarán en observación”, señala.
El peligro es mínimo, por tanto. Y, sin embargo, “está habiendo una alarma excesiva”, constata Menduiña, quien admite que esto entra dentro de “lo normal”: “Todas las epidemias producen alarma social”.
En su opinión, el constante flujo de información en esta epidemia es un arma de doble filo: lo que podría entenderse como un ejercicio de transparencia a veces provoca más alarma. De hecho, la actitud inicial de la OMS al no declarar la emergencia, en vez de considerarse prudente, se vio con recelo; pero una vez que el organismo ha declarado la emergencia internacional, la reacción no ha sido de calma, sino más bien lo contrario.
Y en eso la población se está equivocando, sostiene Menduiña. “Que la OMS declare la emergencia internacional no es algo dramático ni que nos deba asustar. Al contrario, es positivo, porque beneficiará la coordinación internacional”, asegura.
“Hasta ahora, cada país estaba tomando medidas preventivas de forma unilateral. Al declarar la emergencia internacional, quiere decir que hay un organismo que coordinará todo esto”, afirma el especialista.
Algo que celebrar. “En China se resistían al principio [a declarar la emergencia] porque querían controlar la epidemia de una forma más individual”, pero parece que ahora han rectificado, explica Menduiña. El doctor observa que el país asiático “ha aprendido mucho desde la epidemia del SARS en 2003”, en la que hubo más de 8000 infectados y 800 muertes.
“En ese momento lo gestionaron peor y no hubo mucha transparencia en los datos. Esta vez, todo indica que quieren colaborar”, señala. El 13 de enero las autoridades chinas compartieron la secuencia genética y declararon en varias ciudades una cuarentena que aisló a 40 millones de personas. “Esto ha hecho que el control sea más fácil y rápido”, sostiene el especialista, que celebra que “la colaboración internacional está siendo muy importante para el control de la infección”: “Este es el cuadro epidémico más coordinado e informado de los últimos años”.
Aunque en un primer momento se dijo que la enfermedad tardaría entre siete y diez días en alcanzar su pico máximo, este viernes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha afirmado que la epidemia de coronavirus podría “empezar a remitir” a partir de este fin de semana. Si bien los casos siguen propagándose en China (especialmente en la provincia de Hubei), en Europa los contagios están mucho más controlados.
Era probable que en España se diera algún caso, pero todo apunta a que serán muy limitados. “Si se detecta, será con premura. Estamos expectantes, pero muy informados”, asegura Menduiña.
Para poner en contexto este coronavirus, conviene recordar que tiene una letalidad del 2,2%, mientras que la gripe común está en el 2%, es decir, “están casi al mismo nivel”. En cambio, la mortalidad del SARS estuvo en torno al 10%, y la del el MERS en el 35%.
Los síntomas del virus de Wuhan (fiebre, tos, dificultad para respirar) tampoco son mucho más agudos que los de una gripe. La enfermedad sólo se agrava, normalmente, en casos de comorbilidad, esto es, en personas con problemas del corazón y respiratorios o de edad avanzada.
En un primer momento, se pensó que el coronavirus sólo se transmitía de animal a persona. Luego se supo que también se podía contagiar entre personas, y ahora falta comprender hasta dónde alcanza esa tasa de transmisión. “Se sabe que es por las secreciones respiratorias, pero se desconoce si esas gotitas (de toses, estornudos) siguen siendo contagiosas cuando están en una superficie, o hasta cuánto tiempo”, explica Menduiña.
Además, el período de incubación puede ser de hasta 14 días y se cree que en ese tiempo la enfermedad puede transmitirse aunque la persona no tenga síntomas. Del mismo modo, no se conoce la fuente exacta de contagio. Primero se apuntó a reptiles y roedores, pero aún no se ha descubierto en qué animal se originó.
Sea como sea, las precauciones que se deben tomar son claras, como con cualquier otro virus: lavarse las manos con frecuencia o desinfectarlas con alcohol en gel, tomar distancia y evitar el contacto directo con personas que presenten síntomas y usar mascarilla si se está en zonas afectadas (en España no es necesario, de momento).
Y, lo último: que no cunda el pánico.