Este atlas internacional se obsesiona con este restaurante de Barcelona donde nació una tapa mítica
Un negocio familiar que tiene 80 años de historia.
Barcelona es una ciudad vibrante y cosmopolita reconocida no solo por su arquitectura y playas, sino también por su rica cultura gastronómica. En cada rincón de sus calles, desde los barrios históricos hasta las modernas avenidas, abundan bares y restaurantes que ofrecen una experiencia culinaria sinigual. Concretamente, en el corazón de la Barceloneta se esconde un establecimiento especial con mucho encanto.
Estamos hablando de la Cova Fumada, una antigua bodega familiar que data del año 1944 y que ya es una parte indispensable del alma gastronómica de Barcelona. Recientemente, el popular Atlas Obscura lo ha incluido en una prestigiosa lista de los 10 mejores lugares para comer en la capital catalana. Aparte de su oferta culinaria, la institución destaca su capacidad de conservar la misma esencia que tenía el día de su inauguración.
Aunque si por algo es popular este restaurante de la calle Baluard es por ser el lugar donde nació una de las tapas más icónicas de la ciudad condal: la bomba. Un nombre que hace referencia a la explosión de sabores que se dan al primer mordisco. Este mítico plato consiste en una bola de patata rellena de carne picada, rebozada y adornada con alioli, acompañada de una cucharada de salsa picante. Fue obra de María, la abuela de los actuales dueños del restaurante, y hoy en día sigue conquistando paladares.
Experto en la cocina catalana
Actualmente, Cova Fumada sigue siendo un negocio familiar que ha pasado ya por tres generaciones, estando ahora regentado por los hermanos Josep María y Magí Solé, contando con su madre Palmira a los fogones. El lugar ha sabido conservar a la perfección el encanto del siglo pasado, con una decoración antigua marcada por sus azulejos desgastados y un menú escrito a mano que refleja el ambiente que se respira en el local.
De hecho, la carta muestra una apuesta clara y decidida por la calidad y la autenticidad de la cocina tradicional catalana. Además de la famosa bomba, los comensales pueden disfrutar de platos emblemáticos como las sardinas a la plancha, las alcachofas fritas, los garbanzos con calamares y la capipota. Todos ellos preparados cuidadosamente con ingredientes locales y siguiendo recetas centenarias que han pasado de generación en generación.
Cova Fumada ha cambiado poco desde el día de su inauguración, con un ambiente acogedor donde poder descansar del bullicio turístico que tanto caracteriza a la ciudad condal. Hoy se considera una bodega clásica de Barcelona y es una parada obligatoria para todos los visitantes. Más allá de la comida, este local es una experiencia cultural donde echar un vistazo al pasado de la ciudad y una muestra de la calidez humana de un negocio familiar que ha sabido mantener viva la tradición.