Cambiar el chip: cuando la administración impulsa la economía
La Comunidad de Madrid debería seguir el ejemplo de Estonia, que apostó fuertemente por la digitalización.
Si nos piden imaginar un Estado innovador es difícil que nos venga a la cabeza uno de los pequeños estados postsoviéticos, Estonia, que hace algunos años apostó fuertemente por la digitalización y que hoy es uno de los Estados más digitales del planeta.
En Estonia, lo digital por defecto hace tiempo que es lo habitual, mientras que en nuestro país, seguimos pensando que la digitalización pasa por tener un ordenador y no hemos entendido el verdadero potenciar de esta apuesta.
Para tratar de entender la revolución que nos está pasando por encima sólo comentaré dos de los éxitos más notables de digitalización en Estonia: E-Residency y X-Road.
E-Residency (residencia electrónica) es un programa que permite a quienes disponen de identidad digital —que puede solicitarla cualquier ciudadano de la UE— acceder a prácticamente todos los servicios de Estado y a una inmensa —y cada vez más— oferta de servicios de empresas privadas. Con este programa, cualquier europeo puede crear una empresa en dos horas y empezar a operar de inmediato. El 94% de la población cuenta con identidad digital.
X-Road es un sistema de código abierto creado por el MIT que permite el intercambio de información entre empresas y organismos, asegurando la confidencialidad, la integridad y la interoperabilidad de los datos e inimaginables posibilidades nuevos modelos de negocio.
Para dar una idea de la magnitud, la disponibilidad de bases de datos se ha multiplicado por cuatro en los últimos años y la seguridad está tan bien considerada que, en las últimas elecciones, casi el 50% de los votantes lo hicieron on-line.
Pero los beneficios no se centran solo en materia de transparencia, sino que el 80% de la ciudadanía percibe la mejora de la eficiencia y según diversos informes, tan solo la implementación del sistema de identificación digital y acceso a bases de datos supuso un ahorro del 2% del producto interior bruto (PIB). En la Comunidad de Madrid, el equivalente serían 4.500 millones de euros.
A pesar de los innegables beneficios de estas iniciativas, nuestra Comunidad —y en general nuestro país— ha carecido de la voluntad y de la imaginación de entrar de lleno en el mundo digital. La normativa positiva al respecto es bastante inconcreta y su interpretación requiere de ilusión y competencia, de las que adolece nuestra administración desde hace ya muchos años y por ello, en octubre de 2020, desde Más Madrid lanzamos una propuesta al Gobierno regional para abordar este retraso de manera urgente.
Nuestra iniciativa fue aprobada por unanimidad, por lo que deja de ser una cuestión de parte a ser un mandato del poder legislativo abordaba dos cuestiones inaplazables: la creación de una mesa de discusión sobre el futuro de la digitalización con todos los agentes del sistema y la presentación de una estrategia de datos abiertos que apostase por la digitalización de nuestra región, emulando las mejores prácticas de otros países.
Ya no solo se trata de cumplir la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que explicita que la administración es tan solo custodio de la información que pertenece a la ciudadanía, sino de mejorar de manera tangible la vida de los ciudadanos y ser más eficaces y eficientes en nuestros servicios públicos.
Una semana antes de las elecciones y cumpliendo el mandato legislativo, la Comunidad de Madrid presento el borrador de un plan de datos abiertos, asumiendo algunos de los compromisos votados en la Asamblea y asegurando la adhesión de nuestra región a la Carta Internacional de Datos Abiertos. Sin duda un pequeño avance que sonroja por insuficiente tras los seis años de gobierno del Partido Popular con Ciudadanos y que trata de lavar la cara en la última bocanada de la legislatura de lo que ha sido una planificación insuficiente y un trabajo indolente.
Desde Más Madrid creemos que uno de los puntales de la recuperación de la región y del impulso económico del futuro pasa indefectiblemente por modernizar la administración y que esta sea digital, por tomar decisiones valientes y copiar los casos de éxito en otros países. Una administración que nos permita ser más eficaces y proporcionar mejores servicios públicos, más eficientes, haciéndolo con menores costes.
La administración no puede ser un transatlántico con un rumbo inamovible, cuyos gobernantes observan la tempestad desde la borda y a los náufragos bracear esperando que se salven ellos solos, sino el tablero que facilite a todos los actores de la región ser más competitivos y tener más tiempo para disfrutarlo como queramos. En Más Madrid lo tenemos claro, nuestra apuesta es el futuro.