"El asunto es complejo y no puede basarse en la condena axiomática, irrespetuosa, del emigrante por motivos sociales. Vivir en la indigencia es igualmente grave que padecer una guerra".
"No conoce ni ha oído hablar de la economía clásica, de Adam Smith o de Stuart Mill. Es un iliberal, al estilo de Putin o del húngaro Victor Orban; un ultra a la manera de la ultraderecha europea".
En la familia europea de la socialdemocracia impera, así debe ser, la regla moral y política de la fraternidad y la solidaridad con nuestros Partidos hermanos, cualquiera que sea la magnitud de los retos que confronten.
No cabe ninguna concesión a la tentación de retorno al casillero nacional (como propugna la ultraderecha, hipócritamente emboscada en su Make Europe Great Again), ni, aún menos, al nacionalismo reaccionario.
De momento, Europa está resistiendo esta impetuosa presión, que ya domina en Italia y en Hungría y que ha alcanzado considerable presencia en otros muchos parlamentos.
El error más evidente y grave de Merkel fue la forma de plantear su relación con Rusia, ya que no llegó a ver las aviesas intenciones expansionistas de Putin.
Esa polarización extrema se ha trasladado a una plétora de acusaciones penales y causas judicializadas tan carentes de fundamento como de base probatoria.
El uso de cortinas de humo es una vieja táctica periodística que permite reconducir la atención de la opinión pública cuando no interesa que se centre en determinados temas.
Son cada vez más clamorosas, graves y preocupantes las experiencias que muestran que frente a cada vez más relatos, y cada vez más acríticamente asumidos, no hay "dato" ni evidencia empírica que pueda mover un solo voto.