Los líderes y su burbuja
Cuando los políticos llegan a determinado nivel de poder, se les forma un capa "protectora" de colaboradores que les hace percibir una realidad distinta a la de fuera de ese círculo, una realidad ficticia que busca beneficiar a los que la crean pero que separa al líder de la gran masa.
Desde hace tiempo, venimos escuchando a los ciudadanos decir que los políticos están alejados de ellos y no son conscientes de la realidad que viven. Es un sentimiento que cobra fuerza, utilizado por los partidos de nuevo cuño como un mantra que se repite desde que existe la política, aunque es cierto que se intensifica en las épocas de crisis, cuando la ciudadanía necesita más respuestas y comprensión por parte de sus gobernantes.
Pero, al contrario de lo que se suele pensar, el fenómeno de la separación entre políticos y ciudadanía tiene elementos y motivaciones bien distintas que las que hemos aceptado.
A los que le gustan las películas de ciencia ficción y de superhéroes, recordarán que Spiderman, que siempre tiene como objetivo principal hacer el bien e impartir justicia, se dejaba envolver por una mancha negra que le hacía volverse malvado sin ser consciente de ello, obviando los efectos negativos en favor de la seguridad que le ofrecía.
Algo parecido le pasa a parte de los políticos: cuando llegan a determinado nivel de poder e influencia como resultado del liderazgo que ostentan, se les forma un capa "protectora" de colaboradores que les hace percibir una realidad distinta a la existente fuera de ese círculo, una realidad ficticia que busca beneficiar a los que la crean pero que separa al líder de la gran masa, que es a la que de verdad se debe y la que le garantiza el poder.
Y, aunque puede dar la sensación de que este alejamiento y esta burbuja de poder se producen cuando el líder está más fuerte y más poder tiene, en la práctica suele ser lo contrario: cuando el líder está débil por algún motivo, la burbuja le da seguridad y la acepta de buen grado, haciendo felices a los que la forman en su beneficio propio, pero en el perjuicio de la colectividad.
No es cierto que sea una burbuja infranqueable e indestructible, pero acabar con ella depende del líder. Animo a todos los líderes que están sometidos a esta tiranía sin ser consciente de ella, o quizás si, que la eliminen; comprobarán inmediatamente que no les estaba protegiendo sino debilitando día a día, hasta tener como resultado la perdida del liderazgo. Entonces será tarde, aunque es cierto que esa perdida de poder eliminará de golpe la burbuja, y con ella a todos les que le rodeaban con el único motivo de ostentar el poder.
Hay formas de romper ese efecto malicioso sin necesidad de perder el poder. Para ello, les dejo mis recomendaciones, para quien les puedan ser de utilidad; no son únicamente de aplicación en el ámbito político, aunque es donde se da con más fuerza: cualquier organización, sea del tipo que sea, las sufre, aumentando su efecto cuanto mayor es el poder y la capacidad de influencia del líder.
Estos son algunos consejos para líderes que quieren ser más líderes:
- Rodéate y busca asesoramiento en los que te apoyaron cuando no eras nadie y cuando era poco probable que dejaras de serlo.
- Huye de los que te dicen siempre que todo está bien y nunca te critican por tus actuaciones, es imposible que seas tan perfecto como para que todo lo hagas bien.
- Organiza de forma periódica reuniones para debatir sobre un tema concreto; hazlo en entornos distendidos y amigables, como puede ser una comida, un café,... y aplica dinámicas de trabajo en equipo.
- Organiza debates en los que esté prohibido decir lo que está bien y sea obligatorio plantear una solución para cada problema que se plantee.
- Pregunta a diferentes personas sobre un mismo tema, intentando huir de las que tengan intereses propios en el tema. Algo complicado, si tenemos en cuenta que todo el mundo tiene intereses.