El Madrid sufre para ganar el Mundial de Clubes ante un sorprendente Kashima (4-2)

El Madrid sufre para ganar el Mundial de Clubes ante un sorprendente Kashima (4-2)

EFE

Menuda película de terror ha vivido el Real Madrid en Japón para ganar al Kashima en la final del Mundial de Clubes. Los de Zidane esperaban un partido plácido y se han encontrado un rival correoso, que no se cansaba de correr, de presionar y, sobre todo, de jugar mejor de lo que muchos podían imaginar.

El equipo nipón puso contra las cuerdas a los blancos, que tuvieron que arremangarse para remontar un partido que, a poco de comenzar la segunda mitad ya marchaba 1-2 para los japoneses.

Y eso que el encuentro había comenzado como cabía esperar, con gol del Madrid obra de Benzema, que aprovechó un rechace tras un disparo de Modric.

Pero los japoneses no se vinieron abajo. Ni mucho menos. Pusieron a prueba a Navas en varias ocasiones hasta que, también tras un rechace, Shibasaki batía al guardameta madridista con un fuerte zurdazo que entró pegado al palo izquierdo cuando apenas faltaba un minuto para el descanso.

Nadie se imaginaba que el guión pudiera empeorar. Pero lo hizo. Al poco de la reanudación, otro zurdazo, también de Shibasaki, puso el segundo del Kashima en el marcador y los nervios en los madridistas.

Fue ahí cuando el Madrid se puso las pilas y comenzó a apretar. Así llegaría el empate a dos, tras un polémico penalti a Lucas Vázquez que transformó un, hasta el momento, desaparecido Ronaldo.

Tampoco estuvo exento de polémica el final de los 90 minutos reglamentarios cuando Sergio Ramos cortó en falta un contragolpe nipón. El central andaluz, que ya tenía una tarjeta amarilla, debió de ser expulsado, pero el colegiado, en un gesto sorprendente, se la perdonó.

Ronaldo estaba destinado a resolver el partido pero tendría que esperar a la prórroga. A los seis minutos del primer período, el reciente Balón de Oro aprovechó un gran pase en profundidad de Benzema y solventó por bajo poniendo el tercero del Madrid.

Era el golpe definitivo para un bravo Kashima, que siguió intentándolo hasta enviar un balón al larguero de Navas. Pero en el 103, con un zurdazo a bocajarro, Ronaldo ponía el cuarto y definitivo tanto. El de la tranquilidad. El que convierte al Madrid en el mejor club del mundo en 2016.