La Unión Federal de Policía dice que el ataque de Kabul fue "claramente" contra la embajada española
La Unión Federal de Policía (UFP) ha emitido una nota de prensa en la que sostiene que "el objetivo del atentado -del viernes en Kabul (Afganistán)- era claramente nuestra sede diplomática", pese a las idas y vueltas de la versión del Gobierno español.
El ataque, en el que murieron dos policías nacionales españoles destinados en la legación -el subinspector Jorge García
Tudela y el policía Isidro Gabino San Martín-, ha sido relatado a la organización por uno de los agentes que logró sobrevivir y que, sostienen, apuntala la tesis del ataque directo. Los talibanes, que son los radicales islamistas que gobernaban el país antes del ataque de EEUU en 2001, reivindicaron el atentado pero dijeron que su objetivo era una casa de huéspedes anexa a la embajada de España.
Este es el relato del policía superviviente:
La UFP sostiene que "esta es la realidad de lo sucedido y lo demás, mentiras propias de quienes no merecen ninguna credibilidad". Y se pregunta "por qué se empeñan en decir que no era un ataque contra nuestra embajada".
FUERA DE LA ZONA MÁS SEGURA
La entidad denuncia que "la embajada española en Kabul es una de las pocas que se encuentra fuera de la denominada green zone, es decir, el área de seguridad de la capital afgana donde está prohibida la circulación de vehículos y cuyos accesos son controlados por agentes de la policía afgana". "De hecho -abunda-, la embajada se localiza en una de las calles más transitadas de la capital donde cada día se forman largas colas de vehículos a la hora de la salida del trabajo".
"La situación de la legación española es casi cómica", sostiene la Unión. El complejo lo componen, explica, tres edificios, casas contiguas conectadas con un patio común, situadas a unos 10 metros de un muro que las separa de la calle. Algunas terrazas vecinas casi tocan la legación, tan cerca está de la calle, y eso hace "que pueda ser fácilmente atacada desde el exterior con un simple cóctel molotov o una granada". La casa del embajador, a diferencia de las oficinas, sí está en zona protegida.
Añaden que la puerta principal está tapiada, así que se entra por un portón de "chapa", sin protección o blindaje. "Dicha puerta se abría por medio de un motor eléctrico, pero q al romperse (desde hace varios meses), el policía tenía que bajarse del vehículo y mientras lo empuja con la espalda, seguía apuntando con el arma", concluye.