Quercus Sonora protege la flora autóctona gallega a través de la música
Aunque Rudi Esteban Ferreiro es violinista, su gran pasión es la naturaleza. Le sucede al contrario a su pareja, Sandra Goded, una bióloga apasionada de la música. Ese cruce de intereses y habilidades ha dado frutos en Quercus Sonora, la iniciativa que han puesto en marcha para proteger el entorno gallego organizando conciertos en plena naturaleza y en el entorno rural.
¿Por qué Galicia? Ambos se criaron en Madrid, pero sus padres eran gallegos emigrados que volvían a su tierra todos los veranos. "Aprendí a valorar y querer los bosques donde jugaba desde niño como sólo puede hacerlo alguien de fuera. He ido viendo cómo se está perdiendo el paisaje y el destrozo del suelo con insecticidas", explica Rudi, de 35 años y presidente de la asociación.
Desde hace siete años, la pareja organiza Festiulloa, un concierto veraniego de música de cámara en medio del campo de Antas de Ulla, donde ahora residen. Acuden grandes figuras de la música y jóvenes promesas y la asistencia cuesta "la voluntad"; siempre han podido costear el siguiente concierto con lo recaudado en el anterior.
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DE HOLANDA A GALICIA SIN AYUDA PÚBLICA
La idea surgió en Holanda, donde Rudi acabó el grado superior de violín. Su profesor, el afamado violinista Christiaan Bor, organiza un concierto en Amsterdam y a Rudi le entraron ganas de imitarlo. "Buscaba salir del mundo encorsetado de la música clásica. La idea de oír a Beethoven o Mozart en medio de un robledal o un pazo nunca se había dado y era maravilloso poder acercárselo a la gente del pueblo de mi madre, que no tiene acceso a ese tipo de cultura", recuerda.
"Queríamos demostrar que, si todos aportamos un poquito, se puede mantener un festival en el que ha participado gente de EEUU, de Cuba, Holanda, Bulgaria, Turquía…", describe Rudi la filosofía de Festiulloa. Los músicos son gente "con mucha experiencia y tablas" que se mezcla con nuevas promesas y "les sirve de trampolín profesional". Los músicos no reciben remuneración, aunque Rudi y Sandra se hacen cargo de los gastos de transporte, alojamiento y manutención.
El primer año del festival recibieron una ayuda pública, pero desde entonces las Administraciones se han desentendido. "La diputación de Lugo este año nos ha dado una pequeña ayuda, algo ridículo, pero nos han escuchado. Las instalaciones y sillas nos las cede el Ayuntamiento", enumera.
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COMPRAR FINCAS PARA ERRADICAR EL EUCALIPTO Y EL PINO
De la zona acude muchísima gente para ver cada concierto, "incluso de aldeas pequeñísimas, gente que no ha salido nunca de la zona", asegura Rudi. Pero la mayoría son de Barcelona y Madrid, hijos de gallegos que emigraron, y muchos repiten todos los años. La cita les sirve para extender su mensaje medioambiental y para conseguir socios para Quercus Sonora.
"Tenemos una red de 50 socios que aportan una cuota mínima de 10 euros al año. Ese dinero lo usamos para erradicar el eucalipto y el pino y recuperar los bosques autóctonos de Galicia. Esos árboles son un problema imparable y a la Xunta le trae absolutamente sin cuidado", critica el violinista. "Supongo que es una forma de dar a la gente una oportunidad de tener unos fondos. Pero a gran escala ha provocado que la costa sea un océano de eucalipto, la han destrozado", lamenta.
El eucalipto y el pino son especies exóticas y agresivas. Baratas de plantar, crecen muy rápido y dan remuneración pronto, por lo que los terratenientes gallegos están diezmando la flora local en su beneficio. Quercus recauda dinero para comprar fincas a esos propietarios y protegerlas. "Descubrimos una asociación en Orense que opera desde los 80 y tiene 500 hectáreas de bosque compradas y protegidas. Eso nos animó mucho", añade Rudi. Ahora forman parte de la Red Gallega de Custodia del Territorio, un cúmulo de asociaciones del mismo tipo.
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Finca O Espiño, protegida por Quercus Sonora.
LIMPIEZA DE BASURA Y EDUCACIÓN MEDIOAMBIENTAL
Quercus levantó este proyecto hace dos años y está finalizando la primera compra con 4.000 euros de fondos, dos fincas pequeñas que antes eran prados. Quieren guardan dinero para "los que no quieren vender su finca pero no saben qué hacer con ella" y plantar allí castaños y robles gratis, a cambio de que se comprometan a no talarlos ni dañarlos. "El terreno sigue siendo suyo y a nosotros nos da igual si saca rendimiento de lo que produzcan", explica el músico.
El destino de las fincas que se adquieren dependerá de cómo sean. "En algunas no tienes que hacer nada. En otras hay que erradicar el pino, la mimosa y el eucalipto. Si hay basura se limpia, obviamente, y hay que cuidar los arroyos y vigilarlos. Se repobla con masa boscosa de aquí. Si es pradería y no bosque, se mantiene, que también es importante. Si se acaban juntando con otras quizá tengamos que acotarlas para que no se pueda cazar dentro", explica.
Hasta ahora se han dedicado a limpiar y recoger basura por el campo. "Aquí es muy común verter en zonas rurales y ríos cuando no hay contenedores", sostiene Rudi. En Galicia hay muchos ríos, y en el pueblo donde vive está el Ulla, el tercero más importante de la comunidad.
"También hacemos educación ambiental para los 70 peques del colegio local. Muchos están ligados a actividades como la caza y perciben la naturaleza desde un punto de vista pragmático: el zorro es para la caza, el roble da madera y el castaño, castañas. Nosotros tratamos de darles otro punto de vista: hacemos caminatas por el bosque, talleres para fabricar cajas nido, comederos… Los padres están encantados", mantiene Rudi.
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APROVECHAR LA RIQUEZA DE LA TIERRA
A futuro, Rudi y Sandra planean agrandar el festival, si encuentran fondos suficientes, y extender las actividades educativas a todos los colegios de Galicia de forma asidua. "Nos encantaría expandirnos geográficamente pero ahora se nos quedaría muy grande. ¡Sólo somos dos! Pero podríamos hacer un manual para asesorar a interesados en hacer lo mismo. Nosotros no podemos estar en todos sitios pero montaríamos una red", propone el violinista, entusiasmado.
También planean aprovechar todo en las fincas que compren. "Esta solía ser una zona excelente para la frambuesa. Se podría sacar un rendimiento a la bellota y la castaña. Hay zonas de bosque que queremos dejar tal cual, salvajes, porque las plantaciones tienen que estar en línea, pero otras sí pensábamos utilizarlas para la asociación. Aquí hay una riqueza… El eucalipto da dinero, pero también el roble, el castaño, el nogal, cosas que se dan muy bien aquí…", defiende Rudi.
Su gran proyecto es que, algún día, puedan crear "una especie de cooperativa que pueda dar trabajo aquí a la gente y que se aprovechen cosas autóctonas. Cada año se pudren miles de toneladas de bellota aquí en Galicia. También castañas. Si pudiéramos organizarnos algún día para aprovechar el maravilloso producto que da esta zona…", plantea.
El próximo Festiulloa será el 1 y 2 de agosto, sábado y domingo. Una oportunidad de disfrutar de música de cámara de grandes maestros en plena naturaleza gallega. Quizá, paseando por esos bosques, Quercus gane nuevos socios que deseen protegerlos y no verlos reducidos a dos especies invasoras.
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