Francia, el séptimo país de la Unión Europea en reconocer el matrimonio homosexual
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Holanda rompió el hielo. Era 2001 y el país se convirtió en el primero en Europa y en el mundo en aprobar una ley en la que todas las personas se podían casar, independientemente del sexo de la otra persona. En Amsterdam, ciudad donde está muy presente el recuerdo de los perseguidos, el Homomonument pasó de ser un lugar simbólico a lugar de peregrinación. El triángulo rosa, instalado en 1987, cuando los derechos de los LGTB eran tabú en casi todo el mundo, recuerda la identificación de los homosexuales en los campos de concentración nazis, durante la Segunda Guerra Mundial, donde la orientación sexual era un motivo de persecución. Cada punta señala a un lugar simbólico: un monumento que recuerda la guerra, la asociación de homosexuales fundada en el país en 1946 y la casa de Anna Frank, cuya historia conmovió al mundo.
Han pasado doce años desde que Holanda abriese el camino, pero el matrimonio igualitario sigue lejos de estar reconocido en todo el mundo.
Francia, país cuna de los derechos humanos, lo aprobó este martes tras meses de forcejeos, multitudinarias manifestaciones en contra y episodios de violencia contra homosexuales que parecían haber sido desterrados de una sociedad avanzada.
EN LA UE SON SIETE, EN EUROPA NUEVE
Con Francia son siete los países de la Unión Europea que han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Tras Países Bajos, Bélgica lo legalizó en 2003, España en 2005, Suecia en 2009, Portugal en 2010 y Dinamarca en 2012. En Europa la suma total es de ocho, ya que Noruega e Islandia también lo reconocen fuera del club comunitario.
En el resto del mundo, sólo Sudáfrica, Argentina, Canadá, Nueva Zelanda y Uruguay reconocen este tipo de enlaces. En algunos Estados de EEUU, Brasil y México también se ofician bodas entre personas del mismo sexo.
En otros países, las negociaciones avanzan. Uno de los más esperados es el Reino Unido, donde la cámara de los comunes aprobó iniciar la tramitación a principios de año. La votación fue impulsada, paradójicamente, por el primer ministro conservador, David Cameron, rompiendo su propio partido por la gran resistencia interna.
Más allá del matrimonio, el reconocimiento de derechos de los homosexuales oscila de un país a otro y atiende a múltiples factores. Las asociaciones en defensa de los derechos de las personas LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) insisten en que el matrimonio es sólo un indicador, pero existen decenas e incluyen asuntos como la discriminación laboral, la libertad de expresión y manifestación, el apoyo a los transexuales y las operaciones de reasignación o la adopción.
En la mayoría de países del este de Europa, la prohibición al matrimonio homosexual está gravado en la Constitución. En países del norte de África, el Golfo Pérsico y parte de Asia, decenas de países firmaron además una declaración oponiéndose explícitamente al reconocimiento de derechos de personas LGTB.