Uno de los fundadores del Titán quiere llevar a 1.000 personas a 'la estrella que más brilla'
Tiene fecha.
Tras el accidente que sobrecogió al mundo con la implosión del sumergible Titán, con sus cinco pasajeros a bordo, cuando se disponía a visitar los restos del pecio del Titanic, siguen surgiendo propuestas, ideas o proyectos de viajes lujosos a confines tan recónditos como peligrosos. En este caso, uno de los cofundadores de la empresa Ocean Gate que se encargaba de los viajes al naufragio del icónico trasatlántico, quiere llevar viajeros a la que conforma esa suerte de 'estrella que más brilla' en el firmamento.
Se trata del interés del empresario argentino Guillermo Söhnlei, que plantea transportar a un millar de personas al planeta Venus, según se ha hecho eco el medio El Tiempo. Quiere hacerlo a través de otra firma, Humans2Venus, desde la que plantea "crear la comunidad global más grande de entusiastas generales y profesionales de Venus". Para ello se trataría de ese millar de viajeros espaciales estuvieran asentados en la atmósfera de dicho planeta en el horizonte temporal de 2050.
En la citada información se destaca que este proyecto es anterior a la tragedia del Titán, concretamente de 2020. Las claves de este ambicioso proyectos aparecen publicadas en la página web de Humans2Venus, en forma de varios factores.
¿Por qué Venus?
El primero es que la gravedad venusiana es muy similar a la de la Tierra, lo que supondría un menor coste de adaptación para los colonos. El segundo es que la temperatura podría ser un problema a solventar, puesto que oscila entre 0°C y 50°C, frente a la de otros planetas. Asimismo, también se señala en dicha web que es parecida la presión atmosférica de Venus, cercana a 1 bar / 1 ATM, con la del planeta azul en el nivel del mar. Cuestión muy similar a lo que afirman que ocurre con la radiación.
Con todo, desde El Tiempo recuerdan que Venus es el planeta más cálido del sistema solar. El calor en la superficie es tal que permitiría derretir plomo y su atmósfera tiene altos niveles de dióxido de carbono. Tanto que de las nubes llueve ácido sulfúrico.