Un británico compra la casa de sus sueños en Cádiz y todo se trunca al descubrir a los extraños en la cocina
Algunas de las zonas son comunes para todos los vecinos.
Desde el momento en que Steve Najda puso un pie en Arcos de la Frontera(Cádiz) quedó enamorado. Después de unos días de turismo por la localidad, este británico de 67 años, decidió quedarse para siempre. Compró una casa histórica en el centro del pueblo, y se instaló, pero poco después empezó la pesadilla.
Según publica el diario británico Daily Mail, este hombre, originario de Yorkshire, aprovechó la oportunidad de comprar la planta baja de un antiguo palacete del siglo XIX por "una ganga" de 135.000 euros. "No pasó mucho tiempo antes de que se percatara de que había cometido un grave error. Después de un par de días instalado, comenzaron a aparecer extraños en su cocina".
Él mismo ha contado su experiencia en este medio. "Todo comenzó una mañana cuando un extraño al azar apareció con su perro", relata. "Cuando le pregunté que demonios estaba haciendo, me enteré de que había dos puertas que conducían directamente desde otras casas a mi cocina".
"Lo consulté rápidamente con mi abogado, y el extraño tenía razón", lamenta el británico, que califica esta experiencia como "completamente devastadora". "Lo compré pensando que sería la base para una nueva vida en España, pero ahora apenas vengo porque no quiero vivir bajo la amenaza de personas desconocidas sentadas en mi cocina".
De acuerdo a la publicación, "lo irónico" es que el hombre pidió específicamente al vendedor y al Ayuntamiento de la localidad que revisarán en la escritura que la cocina le pertenecía. "El problema" es que todos los vecinos del bloque tienen "derechos de acceso" a este espacio común. "Lo peor estaba por llegar, cuando, unos meses después, descubrió que uno de los vecinos le había robado su máquina de café valorada en más de 1.000 euros".
Najda afirma haberse gastado más de 20.000 euros en todo el proceso. "Irónicamente, mis hijos me dijeron que me arrepentiría de haber comprado una casa en España, y, por desgracia, tenían razón".