Ébola y calma
Sé que quizá tenga sus razones para no creer el mensaje de tranquilidad de la ministra Mato. No voy a hablar de ella. Pero sí le diré que en este momento no hay nada que temer. Si se detectasen más casos serían convenientemente aislados y tratados con las mejores medidas de soporte disponibles.
La lamentable infección por el virus del ébola de una profesional de la salud de Madrid nos permite reflexionar y sacar algunas conclusiones:
1. Los profesionales sanitarios estamos al lado del paciente y somos personal de riesgo. Este caso lo ilustra.
2. Las enfermedades infecciosas con alta contagiosidad y sin cura conocida han de ser manejadas con mucha prudencia. Traer a dos personas infectadas desde otro continente ha puesto de manifiesto las debilidades del Gobierno en materia de cooperación y salud pública. Los recortes se notan. La repatriación de estas dos personas ha costado más que montar un hospital completo en África y no ha servido de nada, más allá de complicar las cosas. El tratamiento que iban a recibir allí es el mismo que aquí. La historia de la medicina nos recuerda la importancia de las cuarentenas. Ante una amenaza de epidemia es fundamental proteger el bien común y no andar cambiando de sitio a los pacientes.
3. Los protocolos no son infalibles. Cuando los riesgos son altos, la seguridad ha de serlo más.
4. Las estructuras de salud pública de Madrid han sufrido un enorme desmantelamiento, tan solo persiste un mínimo armazón. Lo mismo ocurre con el hospital Carlos III.
5. La gestión de situaciones complejas como esta no debe dejarse al albur del político de turno, sino de especialistas en las disciplinas afectadas (salud publica, Epidemiologia, enfermedades infecciosas...).
6. La población debe saber que sus profesionales sanitarios y el sistema al completo seguirán trabajando para ellos como hemos hecho siempre.
7. No nos enfrentamos a una situación de catástrofe, tan solo a una amenaza. El riesgo de epidemia en España es mínimo, debido a las condiciones de vida y al potente sistema sanitario.
8. Sé que quizá tenga sus razones para no creer el mensaje de tranquilidad de la ministra Mato. No voy a hablar de ella. Pero sí le diré que en este momento no hay nada que temer. Si se detectasen más casos, serían convenientemente aislados y tratados con las mejores medidas de soporte disponibles.
9. No hay ninguna duda de que las políticas de exclusión del sistema sanitario del Gobierno actual (RD16/2012) afectarán más que cualquier infección la salud y la vida de muchos cientos de miles de personas en España. Esto conviene subrayarlo.
10. La mejor información disponible se la facilitarán sus profesionales sanitarios de referencia.