Los Hosteleros Diminutos y su concepto de la restauración
Toca balance en el restaurante de los Hosteleros Diminutos. El 2015 se consolida como un tiempo de asentamiento y madurez. A ello contribuyen unos pequeños geniecillos dedicados a la actividad que mejor saben hacer y por la que más satisfacción obtienen. Su particular concepto de restauración apuesta por poner en valor las relaciones personales.
Último mes del año. Toca balance en el restaurante de los Hosteleros Diminutos (HD). El 2015 se consolida como un tiempo de asentamiento y madurez. Poco a poco, lakasa desarrolla su propia personalidad.
A ello contribuyen unos pequeños geniecillos dedicados a la actividad que mejor saben hacer y por la que más satisfacción obtienen. Su particular concepto de restauración apuesta por poner en valor las relaciones personales. Sin amistad, sin compromiso, sin humor, sin generosidad, sin trato humano, no hay buena cocina.
De lo bien que resuelvan esa ecuación, obtendrán la fórmula de la necesaria excelencia en los platos. Esos cálculos jamás interesarán a las guías gastronómicas. Los HD lo saben, de ahí la distancia emocional que tanto les aleja de ellas. En enero cumplirán cuatro añitos. Viven, sin duda, un buen momento, listos para afrontar cualquier nuevo reto que se plateen.
Una muestra de los derroteros por los que camina lakasa de los Diminutos se palpa en la experiencia con el mejillón de Mont St. Michel. La ilusión y el empeño depositados por los duendecillos para traer este producto han sido conmovedores. Tras el inicial "eso es imposible", recibido en la primera visita a estos criaderos en Francia, comenzaron varios meses de gestiones perseverantes, hasta lograr un acuerdo inédito para conseguir el mejor mejillón probado. "Qué pena que las guías no aprecien estos esfuerzos en sus calificaciones", se lamentan los HD.
Siempre en la sombra, la grandeza de nuestros enanitos no conoce límites. Durante estos meses de plenitud en la temporada caza, se afanan, con un meticuloso trabajo de ingeniería financiera, en equilibrar la amplia oferta de estas carnes, sin disparar por ello el precio medio del cubierto. Los HD, por vocación, buscan dar placer al mejor saldo posible.
En diciembre, los fantásticos hombrecillos avisan que, pese al clima, la cosa viene calentita. Ha comenzado la temporada de tomate raf; los aguacates llegados de la huerta malagueña alcanzan su madurez; y se está muy cerca de conseguir erizo fresco: a ver qué sale de la mezcla.
Los Cocineros Diminutos continuarán con el recital de cuchara, informando puntualmente de todos los cambios en su programación. Desde el Cantábrico, anuncian novedades, y a la vista del éxito de la lubina, el rubiel y la dorada salvaje, esperamos impacientes las noticias.
En su visita al mercado, una pregunta asalta estos días a nuestros geniecillos: ¿será un buen año de alcachofas? Lo veremos; y al que le guste la caza, que no se pierda la receta que los HD preparan para la cerceta. Ni en los mejores sueños durante su vida en las lagunas, este pequeño pato se imaginó terminar así.
Un día, alguien preguntó a uno de los duendecillos si valía la pena tanto esfuerzo. El HD, mientas se acariciaba la calva con un gesto de complacencia, no dudó en responder que, para él, la realización personal era aprender a cocinar una salsa de ají y comprobar lo bien que congeniaba con un pato azulón; que la libertad consistía en atreverse a ofrecer una ostra con un consomé de caza y un toque de Amontillado; que era feliz al compartir con sus clientes la anchoa más rica que había conocido; y que disfrutaba enormemente mientras contaba todo esto en El Huffington Post. ¡Claro que merece la pena!
Nos gustan los Hosteleros Diminutos.