Perelló versus Escrivá
La charla entre Feijóo y Bolaños demuestra que los puentes no están del todo rotos pese a la tensión. Los barones, protagonistas en el PP y el PSOE.
Alberto Núñez Feijóo y Félix Bolaños coincidieron, y despacharon, en la apertura del Año Judicial en una semana en la que ambas partes mostraron la cara y la cruz de la política.
Por un lado, Gobierno y PP se felicitaron por el nombramiento de María Isabel Perelló, la primera presidenta del Tribunal Supremo y del CGPJ, cuyo primer discurso fue muy aplaudido por la judicatura. Por otro, fueron incapaces de ponerse de acuerdo para la designación del gobernador del Banco de España, cargo que finalmente ostentará José Luis Escrivá, rompiendo así con otra tradición política.
La conversación entre Feijóo y Bolaños demuestra que los canales de comunicación siguen funcionando a pesar de la tensión política. Si bien, en la práctica, el pacto para renovar el Poder Judicial tras más de cinco años de bloqueo parece la excepción que confirma la regla, tras dicho acuerdo, comenzó la negociación para nombrar a otros cargos importantes del Estado, incluido el gobernador del Banco de España.
Pero Sánchez "nunca dio opción a nadie más que Escrivá", según la parte negociadora del PP. Y Feijóo se plantó, rompiendo los contactos y rechazando plantear un nombre para el número dos de la institución.
"Sánchez se lo debía", deslizan fuentes gubernamentales, en relación a la designación de Escrivá. "Una colonización" para el PP, que ha frenado otros posibles acuerdos, aunque las conversaciones nunca se llegan a romper del todo, como se ha visto en el caso de la crisis migratoria.
"Esta semana, la política ha mostrado su mejor y peor cara. Se ha alcanzado un gran pacto que ha dado como resultado a una gran presidenta de Poder Judicial y un gran fracaso, con la designación sin consenso del gobernador, lo que deja al Banco de España y a sus funcionarios en una posición muy delicada", según el resumen de un veterano del PP, alto cargo en la etapa de Mariano Rajoy.
La financiación y sus derivadas
En lo que coinciden Sánchez y Feijóo es en sus problemas con los barones. Sin duda, más agudos en el caso del primero. El presidente recibe este sábado a su poder territorial consciente de que en la mayoría de federaciones no gusta su acuerdo con ERC, que consideran un "cupo" aunque Ferraz se niegue a verbalizarlo. En Extremadura, Castilla-La Mancha o Aragón, los mensajes de los portavoces oficiales del presidente han sido entendidos como "amenazas".
"Sánchez se blinda para resistir pero en los territorios estamos desnudos", resume uno de los líderes más críticos, que no se da por satisfecho con las explicaciones dadas de puertas para adentro, en relación a las llamadas de Salvador Illa o María Jesús Montero, a las que algunos de los protagonistas restan toda importancia.
"Hay una separación muy grande entre Ferraz y las federaciones", rematan las fuentes consultadas por El HuffPost. La brecha es enorme en lo que se refiere a Emiliano García-Page, que estará en la cita de este sábado, y Sánchez.
En el caso del PP, quien ha puesto en un brete a Feijóo ha sido exclusivamente una líder territorial, Isabel Díaz Ayuso. En la víspera de su gran cumbre, la presidenta madrileña se descolgó pidiendo a sus homólogos autonómicos que planten a Sánchez en caso de no celebrarse antes la conferencia de presidentes. La petición provocó sorpresa y malestar en las baronías y también en parte de la dirección nacional, tal y como trasladaron a este periódico.
"El lío lo tenía Sánchez y hemos acabado teniéndolo nosotros. De nota", según el resumen de un diputado popular. Esta tesis es extendida hasta el punto de que, tras la citada reunión de este viernes, algunos barones del PP tuvieron la sensación de que Ayuso es consciente de que "se había confundido". "Fue una invasión de competencias en toda regla. Ella no puede decir lo que hace o deja de hacer una comunidad autónoma que no sea la que ella gobierna. Y menos en público", según las fuentes consultadas en una estructura.
En Génova son conscientes de que la cumbre con los barones pinchó por culpa de la polémica. El propio Feijóo, a través de fuentes autorizadas, tuvo que aclarar que él no va a dar ninguna directriz a sus presidentes autonómicos sobre si acudir o no a la Moncloa. De hecho, fuentes populares recuerdan que en su momento "ya no se entendió" que el propio Feijóo forzara al presidente a hacer la ronda de contactos para la investidura en el Congreso y no en el complejo presidencial.
"Si el presidente te llama, vas. No hay más. El PP es un partido de Estado y una parte de nuestro votante, más allá de la ideología o de la animadversión a Sánchez, entiende que somos un partido de orden, que hace las cosas bien", traduce otro parlamentario popular.
Los teléfonos echaron humo a propósito de la indicación de Ayuso al resto de barones. "No lo midió bien", se reafirman las fuentes consultadas en el resto de comunidades. De hecho, la propia Ayuso matizó sus palabras, precisando que el portazo bilateral a Sánchez ha de ser por la financiación autonómica.
Y en este punto sí que hay consenso en todo el PP. De hecho, ante incluso de la cumbre, los barones ya rubricaron un manifiesto en este sentido. "Todos a una", sentenció Feijóo, con fondo presidencial muy parecido al de Moncloa. Los 14 presidentes autonómicos del PP exigieron al Gobierno que active un fondo transitorio para los territorios mal financiados, enterrar el cupo catalán e trabajar para un acuerdo en el que participen todos.
Y, para ello, no se cansaron de exigir la conferencia de presidentes, que aún sigue sin fecha y hora a pesar de que Sánchez aseguró que se celebraría este mes de septiembre.