Miles de pinos en Doñana han muerto por la debilidad de su ecosistema
No retirar la madera seca crea "combustible" en caso de incendio
Ecologistas en Acción ha denunciado este lunes la "alarmante" muerte de pinos en el Espacio Natural de Doñana, "miles en apenas dos años", como consecuencia de la situación de estrés de sus ecosistemas y por la afección, en último término, por la plaga del escarabajo perforador Tomicus sp.
La organización, a través de un comunicado, ha precisado que este escarabajo ataca al pino, perforando galerías en sus formas larvarias y comiendo brotes tiernos en las adultas.
Estos ataques acaban con la vida de los ejemplares más débiles, un proceso que "si bien es inocuo en un pinar sano ya que se trata de un mecanismo equilibrado de saneamiento, en condiciones de estrés generalizado, como en Doñana, se convierte en una plaga letal", han señalado.
El Pinar de la Parada, el Corral Largo, el Cerro del Trigo el Pinar de San Agustín y otros tantos pinares emblemáticos del Parque Nacional, "se están muriendo a marchas forzadas" y si el Tomicus es la causa última de la muerte de los pinos "esta hecatombe sólo se explica por el estado de debilidad de estos pinares que favorece el ataque descontrolado del insecto".
Desde Ecologistas consideran que "es necesario conocer la causa o causas que están detrás de ese estrés para solucionar el problema, ya que no bastará con eliminar el Tomicus para detener la debacle" y han recordado que el año pasado ya alertaron de la aparición de manchas de pinos secos en el espacio natural, llamando la atención sobre lo que parecía un patrón en el avance de la afección.
Se secaban más los pinos de las vaguadas que los ubicados en zonas más altas, lo que hace pensar en que, más que el descenso del freático, podría estar ocurriendo un proceso de salinización por intrusión salina en el acuífero, que generaría ese estrés por contacto de las raíces con aguas salobres, que pone en marcha el efecto dominó del Tomicus.
"Aún no tenemos respuestas satisfactorias ni confirmación que apunte a otra causa para explicar la alarmante mortandad", han apuntado, llamando la atención también en la disparidad a la hora de adoptar medidas por las distintas administraciones y organismos con responsabilidad de acción en el espacio: así el criterio de la administración del Espacio Natural parece ser retirar la madera muerta, mientras que en la Reserva Biológica se está dejando ésta.
"Si se retiran todos los pinos muertos se disminuye la carga de insectos perjudiciales y se disminuye el riesgo de incendios, pero se genera gran impacto en los delicados suelos por el uso de la maquinaria pesada que se precisa, favoreciendo la erosión eólica que puede movilizar arenas hasta ahora estabilizadas si no se acompaña la retirada con actuaciones de fijación del terreno", han indicado.
Si no se retiran, por contra, "se aumenta el número de insectos dispuestos a continuar devorando el pinar, se incrementa la materia orgánica en suelos que suelen caracterizarse por tener muy poca, pudiendo conllevar desequilibrios, se mantiene un combustible altamente inflamable que por una tormenta seca puede provocar un incendio de consecuencias muy graves".
Considera Ecologistas, por tanto, que urge "un equipo de crisis que se ponga a trabajar en diseñar ya un plan de actuaciones coherente, que en primer lugar ataje la proliferación de la plaga, pero que se vea acompañado de un diagnóstico de la causa o causas del estrés de la vegetación y se trabaje a marcha forzada en su restauración. Sólo así la Doñana que conocemos seguirá siendo sostén de una de las biodiversidades más importantes de Europa".