Feijóo incluye la ‘mochila austriaca’ entre sus medidas económicas: ¿qué es?
Se trata de una fórmula que liberaliza el empleo: es el trabajador, y no la empresa, quien paga su despido
A cuentagotas y con ciertas imprecisiones, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, comienza a desgranar sus propuestas económicas de cara a las elecciones generales del 23-J. Este lunes, en un acto en Barcelona, el candidato popular avanzó un paquete de veinte medidas económicas que pondría en marcha en caso de llegar a La Moncloa. Entre ellas, rebajar el IRPF a quienes ganen menos de 40.000 euros, revertir el cierre de las centrales nucleares o reestructurar los fondos europeos.
En el mismo acto, Feijóo también planteó “introducir cuentas individuales portables para los trabajadores que puedan usar ante diversas contingencias de su vida laboral”. Este juego de palabras esconde realmente una propuesta muy polémica: implantar un sistema de capitalización del despido y de las pensiones que permita reducir las aportaciones empresariales.
Este mecanismo, defendido por el Banco de España en múltiples ocasiones como una solución mágica al mercado laboral y al problema de las pensiones, es la conocida como "mochila austriaca'. Pero, ¿qué es exactamente y qué implica?
La mochila austriaca es un sistema implementado en Austria desde una reforma laboral aprobada en 2003 cuando se eliminó la indemnización por despido a los trabajadores y se obligó a las empresas a poner una parte del salario bruto en un fondo individual a cada trabajador. En Austria, ese dinero lo aporta el empleador y, en su caso, supone el 1,53 % del salario bruto del trabajador. Feijóo no ha definido si, en el caso español, sería el propio trabajador quien paga su propio despido o si lo financiaría la empresa.
En todo caso, los trabajadores acumulan dinero en ese fondo individual a lo largo de su vida laboral, ya que todas las empresas en las que trabajen tienen que aportar la parte correspondiente. Esa cuantía acumulada en la mochila se invierte a través de una entidad financiera para buscar un rendimiento.
El empleado puede utilizar este dinero en caso de irse al paro o, si no lo ha hecho, guardarlo para la jubilación cuando funciona como complemento a la pensión. Lo fundamental es que, gracias a esta medida, las empresas pueden despedir a los trabajadores sin indemnización ya que ese 'finiquito' sería prácticamente el correspondiente a lo acumulado en la bolsa.
¿Y qué pasa cuando llegas a la edad de jubilación? Tal y como está diseñado el sistema en Austria, cuando acabas tu vida laboral, si todavía te quedan fondos, te llevas el dinero y por él pagas un 6% de impuestos, pero si lo depositas en un fondo privado de pensiones obtienes exoneración fiscal. La mochila austríaca es, por tanto, un instrumento que fomenta las pensiones privadas, de ahí el interés que suscita este modelo en la banca privada.
Según las estimaciones de los economistas, este modelo sólo beneficiaría a los empleados que deciden voluntariamente dejar su puesto de trabajo. Con el sistema actual, el empleado que decide cambiar de trabajo pierde su antigüedad. Con la 'mochila austriaca', se llevaría a su nuevo puesto toda la 'bolsa' de ingresos acumulada.
Los otros beneficiados serían los autónomos con empleados a su cargo, ya que no se verían obligados a hipotecarse o a vender parte de sus bienes para hacer frente a las indemnizaciones por despido, ya que éstas ya estarían consignadas en la ‘mochila’ del empleado.
Una fórmula que nadie se atreve a implantar en España
En España se ha jugado en diversas ocasiones con la idea de esa 'mochila austriaca'. A raíz de la crisis financiera, Zapatero incluyó el mecanismo en la reforma laboral de 2010. Finalmente, no se puso en marcha. Ciudadanos la propuso después como una de sus propuestas estrella en el programa electoral de 2015 y la actual vicepresidenta primero del gobierno, Nadia Calviño, la considera oportuna para favorecer la movilidad laboral y salvaguardar el sistema de pensiones.
El Banco de España estima que el mercado laboral funcionaría mejor con la 'mochila austriaca' al reducirse el coste por despido. Las empresas no tendrían tanto miedo a contratar, ya que los despidos no le supondrían un desembolso tan elevado como ahora. Asimismo, considera que este modelo beneficiaría la movilidad laboral, ya que actualmente muchos trabajadores no cambian de trabajo para no perder la antigüedad acumulada en su puesto.
Mientras, la 'mochila austriaca' también supondría un cambio de mentalidad en el modelo de pensiones. Actualmente, los trabajadores aportan dinero a la Seguridad Social que sirve para pagar las pensiones de los jubilados. No están pagando sus propias pensiones, sino las de otros ciudadanos. Al igual que una vez que se jubilen, ellos cobrarán sus prestaciones gracias a las cotizaciones de otros trabajadores más jóvenes. La mochila austriaca rompería en parte esta idea, ya que cada trabajador acumularía dinero en su propia hucha para la pensión gracias a las aportaciones de las empresas y no en un hucha colectiva.
Implantar este modelo, eso sí, no sería barato. El Banco de España calculó en 2020 que hacer la transición a este modelo tendría un coste de más de 9.000 millones de euros. En ese momento, propuso emplear una parte de las ayudas procedentes de la Unión Europea para pagar dicha factura.