Armengol, la farmacéutica que aspira a presidir el Congreso de los Diputados
Vista con buenos ojos por el independentismo catalán, la expresidenta balear ha tenido que hacer frente a escándalos como el 'caso Puertos' o el de las niñas tuteladas.
Francina Armengol estaba destinada desde que nació a dedicarse a la política. Hija del alcalde de Inca, Jaume Armengol Coll, la mallorquina tomó muy pronto este camino afiliándose en los 90 al Partido Socialista de las Islas Baleares. Treinta años después de dar este primero, ahora está cerca de convertirse en la tercera autoridad del Estado.
La dirigente ha sido siempre uno de los rostros imprescindibles del denominado nuevo 'socialismo', muy concienciada con la causa feminista y los derechos sociales. Antes, durante su etapa de estudiante en la Universidad de Barcelona, también tuvo ciertos 'coqueteos' con el independentismo al pertenecer al sindicato estudiantil Bloc d'Estudiants Independentistes, próxima a las juventudes de ERC.
Para muchos, su candidatura para presidir el Congreso de los Diputados en la nueva legislatura es un guiño de Sánchez a los republicanos y a Junts, de quienes depende para controlar la Cámara Baja y, posteriormente, sacar adelante su investidura.
La jugada no está mal tirada. Armengol gobernó en coalición en Baleares con los nacionalistas y mantuvo relaciones cordiales con Puigdemont antes de que el 'president' catalán hiciera estallar la bomba del procés y abandonara España en el maletero de un coche. Además, impulsó la lengua catalana en sus ocho años de mandato, apostando por la inmersión catalana en la educación y eliminando el carácter vehicular de la lengua castellana, y dio pasos para una mayor autonomía de las regiones.
A pesar de esa cercanía con el independentismo, Armengol siempre ha negado que apoye dichas tesis. Ni siquiera, cuando formó parte del Bloc d'Estudiants Independentistes. "Nunca he sido independentista. Es verdad que, cuando estudiaba farmacia en Barcelona entré en el BEI porque era una de las pocas opciones de participar. Pero creo que estamos mejor juntos que separados, respetando la diversidad y las identidades diferentes. Pienso más en un mundo sin fronteras que en uno en el que se creen nuevas, sobre todo si es entre Cataluña y las islas Baleares", expresó en 2015 al calor de esta polémica.
Su primer cargo en la política fue como concejala del Ayuntamiento de Inca entre 1998 y 2000, período en el que también fue elegido diputada del Parlamento balear y consejera del Consell insular de Mallorca.
En el año 2012 se convirtió en la referente del socialismo balear al asumir la secretaria general del partido y muy poco después, en 2015, hizo historia al ser la primera mujer que alcanzaba la presidencia de la Comunidad Autónoma. Un cargo que revalidó en 2019 y del que quedó apeada en las elecciones autonómicas del pasado mes de mayo, cuando la abstención de Vox convirtió a la popular Margalida Prohens en presidenta.
Tras su caída a los infiernos, Sánchez la rescató como cabeza de lista por Baleares para las elecciones generales del 23-J. Un gran 'premio' para una dirigente fiel al líder socialista, puesto que incluso en 2016 se mostró contraria a facilitar la investidura de Mariano Rajoy en el cisma que provocó la salida temporal de Sánchez como secretario general del partido.
Durante sus ocho años de presidenta, Armengol mantuvo tensiones con sus socios de Podemos y los independentistas en cuestiones relativas al turismo, la vivienda o la educación. Su doble mandato se vio salpicado, además, por tres escándalos. El primero tuvo lugar durante el toque de queda por la pandemia del coronavirus, cuando la presidenta fue 'cazada' en un bar de copas a altas horas de la madrugada. Armengol pidió disculpas por el incidente, pero se negó a asumir responsabilidades políticas por ello.
Por otro lado, tuvo que hacer frente al denominado 'caso Puertos' - una investigación de corrupción sobre supuestos concursos públicos amañados para la adjudicación de instalaciones portuarias en los puertos de Mahón e Ibiza - y el de las menores tuteladas que se prostituían a través de webs de contactos. La situación era conocida por policías y por los trabajadores de los centros de menores en los que residían estas niñas, e incluso se había plasmado en informes internos de los que el propio IMAS (Institut Mallorquí d'Afers Socials) –que ostentaba su tutela– tenía conocimiento. Pese a los numerosos intentos por parte de la oposición, el PSOE siempre ha rechazado las peticiones de crear una comisión de investigación al respecto.
Con respecto al plano personal de Armengol, poco o casi nada se sabe de su esfera privada. Mantuvo una larga relación con el dueño de la empresa Jardins de Tramuntana y, en el año 2013, amadrinó a dos niños saharauis, Safia y Salek, de 11 años, para que desarrollaran todo el curso escolar en Mallorca. Desde entonces, viven con ella.
A la espera de la votación de este jueves en el Congreso, la mallorquina se ha mostrado "emocionada y agradecida" por la confianza depositada en ella. "La ciudadanía está esperando que podamos emprender una legislatura de diálogo, trabajo y consensos. Estamos en la política para solucionar los problemas de la gente, para transformar la sociedad y para avanzar hacia un futuro mejor", señaló en Twitter.