Otro año catastrófico en la crisis climática: tenemos las pruebas, pero siguen las dudas
La situación sigue agravándose. La Organización Meteorológica Mundial ha avanzado que 2023 será el más cálido desde que hay registros, pero al calor le acompañan otras consecuencias, como la sequía o los incendios casi inextinguibles.
Cuando hace dos años Netflix estrenó la película No mires arriba, en la que dos astrónomos tenían que lo intentaban todo para advertir a la población de la llegada de un meteorito que destruiría el planeta, muchos espectadores alucinaron. Pero, guardando las distancias, esa metáfora de no ver lo que está por llegar sirve de lleno para resumir lo que sigue ocurriendo con la crisis climática.
No hace ni falta justificar ni matizar nada para señalar que 2023 ha vuelto a superar todos los récords y que el cambio climático se ha hecho notar como muy pocas veces en estos últimos 12 meses en todo el mundo.
Pero como en la película anteriormente mencionada, hay ciudadanos que siguen teniendo dudas e, incluso, rechazando cualquier teoría que apunta a que la crisis climática es más que una realidad.
La Agencia Estatal de Meteorología, que ya había advertido de que los últimos datos de 2023 apuntaban a un resumen preocupante del año, avanzó hace unos días, haciéndose eco de los datos de Organización Meteorológica Mundial (OMM), que "será el más cálido a escala global desde que hay registros".
Pruebas no faltan
Los datos y análisis definitivos sobre un año que ha sido devastador en la lucha contra el cambio climático se empezarán a conocer en los próximos meses. Aunque no hace falta verlos para saber que, por ejemplo, en España, la situación se ha recrudecido.
Meses con temperaturas récord, drástica reducción de las precipitaciones y fenómenos climáticos que no se habían visto hasta la fecha son motivos más que suficientes para pensar que la cosa no está yendo por buen camino.
Algunos de los datos más fiables para exponer tales hechos son los recogidos por el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) que, cada mes, ha ido avanzando la situación que se ha vivido a lo largo y ancho de 2023.
El mes de julio del año que despedimos este domingo aparecerá en los libros de historia, aunque no por nada bueno, ni mucho menos. No sabemos si seguirá a la cabeza o habrá sido superado, pero se convirtió en el mes más cálido desde que hay registros.
Tal y como muestran los datos de la OMM, el séptimo mes de 2023 fue el más caluroso de la historia, con una media mundial de 16,95 grados celsius. Tres décimas por encima del anterior récord, del mismo mes en 2019, con 16,63 grados de media.
Pero no se ha tratado de una situación excepcional en 2023, ya que un mes más tarde, en agosto, los termómetros no variaron tanto con las olas de calor y el planeta marcó una media de 16,82 grados celsius, un incremento de 0,71 grados a la media que se ha registrado entre los años 1991 y 2020 para las mismas fechas.
Después de que julio, el octavo mes del año también se ha hecho hueco en la clasificación, transformándose en el segundo más cálido desde que hay registros. Unas cifras que son la causa de otro de los efectos más duros que ha dejado el cambio climático en España, la preocupante sequía.
Dos años seguidos de récords en España
La AEMET despidió el pasado mes de noviembre con una explicación que recoge el histórico episodio climático que España está viviendo en estos últimos años.
La Península Ibérica ha registrado dos años de récords, pero, por desgracia, con ningún ápice positivo. En el análisis que compartió la organización en redes sociales explicaron que, entre los meses de enero y noviembre, la temperatura media estuvo en los 15,8 grados, la segunda mayor desde que hay registros.
"Se trata del segundo año más cálido de la serie histórica por el momento, sólo por detrás del año pasado. El tercer año más cálido entre enero y noviembre fue 2017. El cuarto fue 2020", detalló el organismo.
Según la reconstrucción climática que realizaron climatólogos de la AEMET, los dos últimos años, 2022 y 2023, son los más calurosos desde, al menos, 1916.
A falta de los datos de diciembre, España no ha tenido ningún mes del año con "carácter frío". "Tres meses han sido normales y, el resto, cálidos o muy cálidos. El último mes con carácter frío en España fue abril de 2022", aseguró el organismo.
Una sequía preocupante
Los fenómenos climáticos no suceden porque sí y a las altas temperaturas registradas estos últimos años le siguen una falta de precipitaciones que ha provocado un importante incremento de la preocupación en nuestro país.
Ejemplo de ello es lo que está ocurriendo en Cataluña. El Govern de la Generalitat pidió a la población hace unas semanas, en pleno mes de diciembre, que no se duche en las instalaciones deportivas por los problemas de sequía.
A lo largo del año hidrológico 2022/2023, comprendido desde el 1 de octubre del 2022 y el 30 de septiembre del 2023, la precipitación que cayó en España fue de un total de 560,7 litros por metro cuadrado, casi 80 litros menos de lo que sería lo normal.
Lo que supone un 12% por debajo del objetivo fijado y que ha hecho que haya sido catalogado como seco. De hecho, ha sido considerado el duodécimo más seco de la serie histórica y el sexto en lo que va de siglo.
Las lluvias están "claramente por debajo de lo normal". Con los datos de los tres últimos años hidrológicos, la AEMET ha expuesto que en las cuencas de acumulación en la que la sequía se ha vuelto más intensa ha sido en las del Pirineo oriental y Ebro.
Pero a la falta de lluvias también le acompañan otros fenómenos que no solían ser habituales en España y que en los últimos meses se han visto en más de una ocasión, como lo son las gotas frías o las DANAS.
Quizá la más fuerte fue la que se vivió el pasado 3 de septiembre, cuando las abundantes precipitaciones por una depresión aislada en niveles altos colapsaron gran parte del centro peninsular. Un frente que obligó a algunas administraciones, como Protección Civil en Madrid, a activar una alerta telefónica a la ciudadanía para advertir del peligro del temporal.
Con acumulaciones de lluvias de más de 200 litros por metro cuadrado, el impacto de la DANA dejó inundaciones, destrozos que llevaron a la declaración de zona catastrófica en algunas zonas y fallecidos.
La devastación de los incendios
El calentamiento global sigue haciéndose notar en el planeta. Con él, se están viendo cosas nunca antes vistas, como una clase de fuego que parece, prácticamente, inextinguible y que complica las tareas de trabajo para los servicios de emergencias.
Se trata de los fuegos de sexta generación. Un tipo de llamas que, como ha ocurrido este año con el incendio que se produjo en Tenerife, arrasa sin control con todo lo que se encuentra por su camino y, por mucha agua que se le echa, no es suficiente para poder extinguirlo.
Dividido en cinco frentes, la isla canaria vivió su peor episodio en los últimos 40 años, tras casi un mes de lucha constante de los operativos por controlar un fuego que fue categorizado en el máximo nivel.
Las llamas devoraron 14.000 hectáreas de un perímetro de 90 kilómetros a lo largo de 11 municipios tinerfeños. Aunque no se produjeron pérdidas humanas ni viviendas, ha sido uno de los grandes "desastres" medioambientales del año en España.
El colapso climático, "en tiempo real"
Una de las advertencias más severas se produjo en el inicio de la cumbre del clima de la ONU, la COP28. El secretario general de la ONU, António Gutérres, lanzó un aviso a navegantes que refleja la preocupación por los efectos medioambientales de los últimos años.
"Estamos viviendo el colapso climático en tiempo real, y el impacto es devastador. Este año, comunidades de todo el mundo han sido azotadas por incendios, inundaciones y temperaturas abrasadoras", señaló.
En dicha reunión, a la que asistieron muchos mandatarios internacionales, la OMM presentó un informe provisional sobre el estado del clima de 2023 que da miedo leerlo.
2023, el año más cálido jamás registrado; las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, las temperaturas de la superficie del mar baten récords; o el hielo marino de la Antártida registra extensiones mínimas históricas, son algunas de las claves que se recogen en dicho análisis.
La COP28 de Dubái se saldó con un acuerdo cerrado por los 200 países presentes, tras días de duras negociaciones, para iniciar una transición y dejar atrás los combustibles fósiles para atajar de forma colectiva la crisis climática. El fin fijado es el de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050.
Cualquier persona podría decir que 2023 ha sido un año climático para olvidar. Pero ni mucho menos. Han sido unos 12 meses que hace falta tener presentes cada día. La crisis medioambiental lleva siendo una realidad mucho tiempo, pero hay quien sigue dudando de su impacto. Hace falta mirar para arriba o, más bien, a los datos para darse cuenta de que todo está cambiado y que es necesario empezar a actuar.