Entre reinas anda el juego
Tanto la reina Sofía como la princesa Letizia son conscientes de que no puede haber deslices cuando aún esta caliente el shock de la abdicación y en la calle, abierto el debate sobre un referéndum sobre Monarquía o República. Pero el reparto de papeles entre ambas es ineludible. La reina consorte Letizia, y la reina saliente, Sofía, deben dar impulso a su labor sin un roce entre ellas.
Felipe VI tendrá muchos retos históricos de puertas afuera con los que demostrar su valía y llenar de contenido su trabajo de rey del Siglo XXI . Pero hay otros asuntos, los retos domésticos, que le van a resultar clave y a ocupar algún rato que otro de puertas adentro. Por ejemplo, el reparto de funciones y trabajo entre su madre, la Reina Sofía y su esposa, la aún princesa Letizia. En la Casa Real ya tienen suficiente experiencia para saber que aunque insistan en que el nuevo rey es lo primero, en breve la futura reina Letizia le comerá el terreno en popularidad sin siquiera mover un dedo, gracias a la prensa, amarilla y no amarilla. La tinta que pueden hacer correr doña Sofía y su nuera -ya sucesora- es inimaginable, por más elegantes que ambas intenten ser. Elegante fue ayer la Reina Madre -una de sus denominaciones a partir de ahora- cuando desde Nueva York puso la primera piedra al dar un consejo a su nuera: "que siga igual que está. Ella es muy competente y encantadora y la quiero mucho".
De entrada, y tras el trabajo de estos cinco meses, las relaciones entre suegra y nuera intentarán ser cordiales, como aparentan hasta ahora. Ambas son conscientes de que no puede haber deslices cuando aún esta caliente el shock de la abdicación y en la calle, abierto el debate sobre un referéndum sobre Monarquía o República. Pero el reparto de papeles entre ambas -como entre Juan Carlos I y Felipe VI- es ineludible. La reina consorte Letizia, y la reina saliente, Sofía, deben dar impulso a su labor sin un roce entre ellas. De hecho, preguntar en La Zarzuela por el contenido del papel futuro de ambas y sentir cómo la pregunta incómoda es todo uno. "El protagonista es el nuevo rey y es a él al que corresponde definir el papel de su madre y el de la nueva reina, que tendrá un papel secundario" apuntan en medios oficiales. Secundario, habrá que puntualizar, como lo ha tenido doña Sofía.
Algunas cosas de lo que será el reparto entre ambas van quedando claras. "Lo lógico es que doña Sofía siga al frente de la Fundación Reina Sofía, que es lo que más le gusta, y ceda los asuntos de Cooperación a doña Letizia, porque van ligados también a los viajes, mucho trato con Latinoamérica y otras zonas del tercer mundo muy importantes y vinculadas a la Corona. Ya veremos, se irá haciendo camino" insisten en medios de Zarzuela, que estos días se muestran más reacios a hablar de la futura Reina consorte que hace unos días, al cumplirse la década de la boda de los Príncipes, cuando decidieron que el mensaje a vender en toda la prensa nacional era que "los príncipes de Asturias son una pareja ya madura para afrontar sus tareas". No deja de causar regocijo en el entorno de los Príncipes el hecho de que pese a tanta pista e insistencia en hacer la campaña a la pareja del Siglo XXI, ningún agudo cronista nos percatáramos de la que se estaba preparando desde la tarde del 6 de enero de 2014.
El futuro Rey también repartirá el presupuesto y el personal con que se queda cada una de las dos parejas reales . "El nuevo Rey tendrá que tener un jefe de su Casa Real, un secretario y nuevo personal, quizá igual o más reducido que el de don Juan Carlos. Pero también tendrá que decir qué le deja a su padre, si otro secretario personal como él ha tenido, mas un asistente. La Reina Madre y la Reina Consorte también tendrán sus propios secretarios, pero no mucho más" sospecha un exempleado de Juan Carlos I, quien ha oído en más de una ocasión la obsesión de Felipe por ser austero y dar ejemplo, no sólo por el momento de la crisis sino también por carácter.
Don Felipe ha asistido a muchas de las reuniones que su padre ha mantenido con los dos anteriores jefes de la Casa Real -Almansa y Alberto Aza- y los actuales encargados y colaboradores más cercanos, y ha estado informado permanentemente de todas las opiniones e informes que su padre ha recogido entre personas que conocieron la decisión real desde el primer momento, como el expresidente Felipe González (Zapatero y Aznar se enteraron hace 10 días) y otros amigos cruciales del Rey, uno de ellos muy vinculado al mundo de los negocios de este país. En esas charlas muy pocos han sido los que se han contenido a la hora de recordar al Rey saliente y al futuro Rey los problemas en la calle, no solo en lo que se refiere a la crisis y la necesidad de predicar con austeridad y ejemplo. Incluso ha habido alguno que ha insistido en lo importante que era que Letizia diera la vuelta a su imagen como un calcetín, aunque también era rentable que mantuviera la imagen de modernidad, próxima a la sociedad actual. Letizia ha evidenciado un claro interés por la cultura y los viajes y las ONG. Es elocuente que la noche anterior a la abdicación de Juan Carlos I, fuese al teatro a ver "Un trozo invisible de este mundo", el éxito de Juan Diego Botto y Sergio Peris Mencheta, sobre la inmigración. El mensaje que se pretende transmitir está claro. A la próxima reina le interesan los problemas de la sociedad y no solo no teme las voces reivindicativas, sino que valora el arte en todas sus formas y más si es minoritario. Se hace saber que los reyes del siglo XXI se van a implicar con los problemas de su tiempo.
Esta por ver que la campaña puesta en marcha con el décimo aniversario vaya a dar resultado. Aunque la Casa Real no quiere entrar en estos detalles, un asesor de imagen sí que nos apunta que "por más esfuerzos que hagan por ella en Zarzuela, va a tener que ser Letizia la que cambie su rigidez, su actitud. La presión que va a tener será enorme, porque durante los primeros años va a ser comparada con doña Sofía. Pero la gente olvida que doña Sofía llegó siendo una griega desconocida, que hablaba mal español y tampoco es que arrasara de entrada. Se necesitaron años de trabajo y constancia. La formación de Letizia, que es periodista y debería tener instinto, debería ayudarla" remata la misma fuente.
Porque aunque estos días que se avecinan no sean los de la futura reina consorte, lo que está claro es que de ella depende el convertirse en un activo para su marido y su hija, la futura Reina Leonor. Modelos no faltan, y ahí esta el rol que a la reina Rania de Jordania le ha servido para superponer una imagen de reina moderna, preparada y comprometida, a la de esposa de un discutido monarca árabe.