La financiación de las pymes, una prioridad
Indudablemente, el éxito económico de la Unión Europea, la excelencia y la cohesión dependen en gran medida del crecimiento sostenible y de la creación de empleo y en este aspecto las pymes tienen un claro cometido.
En estos momentos, las pequeñas y medianas empresas (pymes) se erigen como motor de la actividad de la Unión Europea, teniendo en cuenta que los 23 millones de las existentes representan el 98% de las empresas de la Unión Europea y son, a su vez, las responsables de la generación del 67% de los puestos de trabajo.
El mantenimiento y la consolidación de las pymes es, sin lugar a dudas, un objetivo prioritario del Parlamento Europeo, institución que viene trabajando de forma continuada en garantizar la supervivencia de un tejido productivo que considera clave para la economía comunitaria. Y para ello está apostando por la mejora del acceso a la financiación para las pymes.
Los eurodiputados hemos presentado un informe a la Comisión Europea que plantea, entre otras acciones, la promoción del capital riesgo para las pymes, la eliminación de las barreras reglamentarias y fiscales a las inversiones transfronterizas de capital riesgo, al mismo tiempo que se apela a la responsabilidad de los bancos, especialmente los que se beneficiaron de la ayuda estatal durante la crisis, para que presten en estos momentos a las pymes, auténticos artífices de la economía real.
Otros aspectos como la aceleración de la implementación de la Directiva sobre morosidad, la introducción de una línea de crédito para la investigación y la inversión a través del Programa Horizonte 2020 y la creación de una Plataforma Europea de Garantía permanente a través del Fondo Europeo de Inversiones, como ya existe en algunos Estados miembros, para garantizar los préstamos a las pymes, se incluyen también en la batería de medidas propuestas por el Parlamento Europeo. El Gobierno de España ha aprobado una serie de medidas en esta línea, como por ejemplo la recientemente presentada Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven.
La Eurocámara ha solicitado también a la Comisión Europea que apoye el desarrollo de una amplia serie de programas, instrumentos e iniciativas que permitan una financiación adaptada a cada una de las pymes, teniendo en cuenta su heterogeneidad.
No obstante, de nada servirán todas estas acciones si los mercados financieros siguen fragmentados en Europa y los costes de financiación de las pymes dependen de su localización y no de su situación económica. Pienso, y estoy convencido, que con la puesta en marcha del primer pilar de la Unión Bancaria, el supervisor único europeo, se empezará a solucionar el problema. Mientras, el Financial Times publicaba recientemente que las diferencias de los costes de financiación entre las pymes españolas e italianas con respecto a las alemanas sigue aumentando, algo intolerable desde el punto de vista del mercado único.
Hace falta un plan conjunto entre los Gobiernos de los Estados miembros y las instituciones europeas para solucionar estos problemas, sin olvidarnos que para que el crédito fluya, también hace falta que haya demanda de crédito solvente.
Asimismo, es necesario que el sistema bancario local canalice dicha financiación y se propicien nuevas vías de cooperación y diálogo entre los bancos, las asociaciones empresariales y las cámaras de comercio.
Con todo ello, se impulsará la actividad económica y se evitarán diferencias entre los Estados miembros en términos de costo de los préstamos y acceso a la financiación, propiciando un mismo marco de competencia para todos los Estados miembros.
Por otro lado, hemos hecho un llamamiento a los países de la Unión para que apoyen la formación profesional para potenciales empresarios, apostando por implementar los conocimientos en finanzas básicas que permitan mejorar la calidad de los planes de negocio y, por tanto, el éxito de las solicitudes de crédito.
Indudablemente, el éxito económico de la Unión Europea, la excelencia y la cohesión dependen en gran medida del crecimiento sostenible y de la creación de empleo y en este aspecto las pymes tienen un claro cometido.
Si de verdad queremos que las pymes sigan siendo ese motor económico de Europa y, por tanto, de nuestro crecimiento, es necesario poner todos los medios a nuestro alcance para lograr que todas las medidas presentadas se conviertan ahora en acciones concretas y decididas para apoyar a nuestras empresas y conseguir que sigan creciendo y creando empleo. De otra forma, será difícil salir de la actual situación de crisis económica y superar las demoledoras cifras de desempleo que cada día siguen siendo la principal preocupación de ciudadanos y de todos aquellos que trabajamos desde las instituciones por lograr una mayor prosperidad en Europa.