La ministra de Empleo urge a los agentes sociales a "cerrar un acuerdo salarial" para elevar las retribuciones y "acompasar la recuperación económica".
España sigue a la cola en materia de morosidad empresarial. Y de manera preocupante. A pesar de las mejoras observadas en los últimos años, el retraso medio de pago sigue siendo de los más altos de Europa (19 días sobre el periodo legal de 60 días) y la tasa de crédito comercial en mora (retraso de pago respecto al plazo legal) se mantiene estable e incluso crece ligeramente
Frente al exceso de periodistas o psicólogos en paro, carecemos de aquellos profesionales que el mercado solicita: cuadros medios especialistas en informática, seguridad, agroalimentación, turismo o gestión energética, salidos de la formación profesional.
Las ventas de coches se van recuperando poco a poco, con crecimientos interanuales cercanos al 15 por ciento. Estamos aún lejos de los 30 coches por 1.000 habitantes, que es nuestro nivel europeo (actualmente 21/1.000) pero la luz aparece al final del túnel.
El PP y el PSOE no creen en España y los españoles. Esa y no otra es la razón por la cual apuestan por la reducción salarial y la atracción del capital extranjero como principal mecanismo de salida -en falso- de la crisis. Ya es hora de comenzar a creer en la generación más formada de nuestra historia, la que está levantando y sosteniendo las empresas de energía renovable en Alemania, la que investiga en las universidades nórdicas, la que innova en el sector sanitario británico.
El objetivo de este artículo es apuntar una serie de reflexiones para la identificación de las palancas que deben dar lugar a la definición e implementación de políticas industriales que se traduzcan en la mejora de la competitividad de España.
A diferencia de lo que ha ocurrido hasta hace muy poco, el empleo está creciendo de nuevo entre los extranjeros, que ven incrementado su poder adquisitivo, pueden enviar más dinero a sus países de origen, y deciden permanecer en España.
Sería una tragedia que sólo partidos como Podemos generen la certeza de que existe una alternativa económica a la actual. Lo que sabemos de la suya la hace inviable. El populismo de izquierdas es incompatible con la economía social de mercado. Sólo la socialdemocracia puede ofrecer una alternativa que combine una estrategia de crecimiento económico a medio plazo con un esquema de reformas democráticas que permitan atajar conjuntamente las debilidades de nuestra recuperación.
La actividad económica en América Latina y el Caribe se está enfriando desde hace varios años, y la temperatura en muchos países sigue bajando. Se espera que el crecimiento regional caiga a menos del 1 por ciento en 2015, tras ubicarse en el 1,3 por ciento en 2014.