"Ucrania necesita los medios necesarios para destruir a los portadores de las bombas deslizantes, incluidos los aviones de combate rusos, dondequiera que se encuentren. Este paso es esencial", reclama Zelenski tras los últimos daños.
Los gobiernos occidentales están luchando por responder a lo que dicen es una "creciente campaña rusa" de intentos de sabotaje, pero reconocen lagunas.
El mandatario ucraniano trata de zarandear a sus aliados occidentales para que le envíen ayuda militar decisiva, ante el avance de Rusia de las últimas semanas.
La Alianza Atlántica ha permitido la calma en Occidente y, tras su crisis existencial post Guerra Fría, ahora revive, reactivada por la creciente amenaza de Rusia.
Zelenski cuenta ahora con medios y formación que no tuvo en su reconquista de otoño. Sin embargo, las defensas rusas y sus minas complican la operación.
"Tanto a nivel local como global se están sentando los cimientos y principios de un orden armonioso y más justo, socialmente orientado y seguro, una alternativa".
Una ola de idiotez recorre el mundo como un arrollador tsunami que todo lo arrastra y que todo arrasa. El despertar del mundo el pasado miércoles, tras el martes asombroso de EEUU, estuvo impregnado de incredulidad y de un sentimiento de asombro: ¿cómo ha podido pasar esto? Sin embargo, "esto" se veía venir.
Puede que te suene el término 'Eurasia' de las clases de geografía del instituto. El concepto ya no se utiliza en las discusiones políticas de Occidente, pero debería. Ahí es donde va a tener lugar la acción geopolítica más seria del mundo a medida que avanza el siglo XXI. La historia de Estados Unidos sobre el orden mundial ya no se acepta a nivel internacional ni es realista.
No hay democracia sin partidos políticos. Las estructuras proporcionan un mundo de posibilidades para la acción humana, pero es la voluntad de los individuos y de los segmentos de la sociedad, movida por los valores y los intereses, lo que da pie al cambio.