Según los hutíes, estaba preparado para estallar en el momento en el que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, regresaba al país desde Nueva York.
Al menos ocho palestinos muertos en los bombardeos contra lo que los israelíes consideran como el último reducto de Hamás en la Franja: el enclave de Rafá.
Amichai Eshed se ha negado a hacer un mayor uso de la fuerza contra los manifestantes durante las protestas registradas en Israel por la reforma judicial.
Una nueva Intifada llevaría a los palestinos a un nuevo punto de partida, de destino impreciso, con una paz inencontrable y por ello difícil de abordar, una ocupación militar y una colonización sin fecha de caducidad, un desarreglo territorial, político y social que se perpetúa y agrava.