Investigan a un colaborador de Netanyahu por filtrar documentos secretos para impedir un acuerdo con Hamás

Investigan a un colaborador de Netanyahu por filtrar documentos secretos para impedir un acuerdo con Hamás

La oposición exige la dimisión de Netanyahu por ser "inconmpetente o cómplice".

Benjamin Netanyahu durante la Asamblea de la ONU en Nueva YorkSTEPHANIE KEITH

Las autoridades judiciales israelíes han informado este domingo de que están investigando a cuatro sospechosos de filtrar documentos secretos para impedir un acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), entre los que está Eliezer Feldstein, uno de los más estrechos colaboradores del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El juez Menahem Mizrahi del Tribunal de Rishon Letsiyon ha levantado este domingo la orden de embargo de la información en la que está considerada como una de las filtraciones más graves de la historia de Israel y se ha publicado el nombre de Feldstein, quien trabaja en el gabinete de prensa de la Ofincia del Primer Ministro y ha sido portavoz del líder del partido ultraderechista Poder Judío y ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir.

"La investigación comenzó tras levantar sospechas en el Shin Bet --servicios secretos para el interior y los territorios palestinos-- y en las FDI --Fuerzas de Defensa de Israel-- y por la publicación en medios de comunicación de información clasificada y sensible tomada del sistema de las FDI y retirada ilegalmente", ha explicado el juez, según recoge el diario 'The Jerusalem Post'.

En concreto los documentos secretos fueron publicados por el tabloide alemán 'Bild' y por el británico 'Jewish Chronicle'. Esto provoco "preocupación por los graves daños a la seguridad nacional y por poner en peligro fuentes de información". "Por ello se podría perjudicar la capacidad de las fuerzas de seguridad para lograr el objetivo de liberar a los rehenes, parte de los objetivos de la guerra", prosigue.

"Tras esto, se puso en marcha una investigación encubierta conjunta por parte del Shin Bet, las FDI y la Policía israelí en la que estas sospechas se vieron significativamente reforzadas", ha explicado. "Por consiguiente, se abrió una investigación formal en la que cuatro sospechosos están siendo investigados", incluido un civil, Feldstein.

La investigación continúa activa y se desarrolla conforme a la legislación bajo supervisión judicial, según el tribunal, que advierte de que la publicación de datos de la misma podría perjudicar a la investigación, sus objetivos y a la seguridad nacional.

Feldstein entró en el gabinete de prensa poco después del inicio de la guerra. Anteriormente fue portavoz en las FDI y también portavoz de Ben Gvir como ministro. Sin embargo, no pasó un examen de seguridad del Shin Bet, por lo que era asesor en la oficina de prensa de Netanyahu y no un trabajador formal.

"Incompetente o cómplice"

Tras la publicación, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, del partido centrista Yesh Atid, ha exigido la dimisión de Netanyahu porque considera que es "incompetente o cómplice" de la trama.

"La defensa de Netanyahu es que no tenía influencia ni control sobre el sistema que dirige. Si es cierto, es incompetente. No tiene la cualificación para dirigir el Estado de Israel en la guerra más difícil de su historia", ha afirmado Lapid, según recoge el diario 'The Times of Israel'.

"Este caso ha salido de la Oficina del Primer Ministro. La investigación debe comprobar si fue por orden del primer ministro o no. Si Netanyahu lo sabía, es cómplice de uno de los delitos de seguridad más graves recogidos en la legislación. Si no sabía que sus colaboradores estaban robando documentos, espiando dentro de las FDI, falsificando documentos, exponiendo fuentes de inteligencia y filtrando documentos secretos a periódicos extranjeros para el acuerdo por los rehenes, entonces ¿qué sabía?", ha argumentado.

También Benny Gantz ha denunciado lo ocurrido porque "se ha profanado el sancta sanctorum de la seguridad de Israel por motivos políticos" y "hemos llegado a la fase de las pruebas". "Si roban información sensible de seguridad y se utiliza como herramienta en una camapaña de supervivencia política, no estamos ante un delito, sino ante un crimen nacional", ha argumentado.