En la historia del español, maravillan muchas cosas: que la convivencia del árabe con el castellano produjera hace mil años decenas de préstamos que siguen vivos (aceite, alarde, mezquino), o que de ahí surgieran las jarchas, los testimonios más antiguos de la lírica europea. Maravilla la influencia que la literatura clásica ha llegado a tener sobre los usos cotidianos: de la "rebuscada" poesía de Góngora, nacieron vocablos como juventud, joven, inmóvil, prodigioso o umbría.