Un sentimiento de urgencia me empuja a escribir este post. Y es el destino peligroso al que se puede enfrentar un grupo de seis jóvenes artistas llamado Los Chicos de calle, encarcelados preventivamente en Egipto y a los que, con mucha probabilidad, les puede caer una condena de diez años de prisión solo por presentar un producto artístico crítico, basado en el humor.