Una investigación revela que estas formas de dinero constituyeron un puente económico entre Japón y los países vecinos durante siglos de intercambios comerciales y culturales.
"Lo que más resalta de ese naufragio es su tesoro, que apenas es el 1% del cargamento que seguramente estará en la parte del arrecife que hoy está plagado de corales".
Su influencia se extiende hasta nuestros días, no solo en los países que formaron parte de él, sino también en la cultura, el idioma y la religión de vastas regiones del mundo.