El presidente de la Fed, Jerome Powell, ya adelantó que en esta reunión de septiembre se abriría una nueva etapa en la política monetaria estadounidense.
El presidente de la Reserva Federal ha destacado que “ha aumentado mi confianza en que la inflación está en una trayectoria sostenible de regreso al 2%”.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, no descarta que pronto puedan comenzar a bajar los tipos: “Creemos que probablemente estemos en o cerca de la tasa máxima de este ciclo”.
No debemos renunciar a la política monetaria, que en los últimos años ha sido prácticamente la única carta en nuestras manos en cuanto a la política económica se refiere. En cambio, deberíamos buscar un mejor equilibrio entre las políticas monetarias y otras que promuevan el crecimiento, incluida la política fiscal.
La Fed continuará con su política monetaria no convencional pero a un ritmo más lento. La duda es ahora cuándo decidirá nuevas rebajas del ritmo mensual (si la economía continúa recuperándose, tan pronto como en marzo) y cuándo finalizarán definitivamente (parece que en la primavera de 2015).
Me parece perfecta la elección de Janet Yellen como presidenta de la Reserva Federal. Europa y el mundo estarán menos expuestos con una persona que ha demostrado ser sensible a los riesgos recesivos, de aumento del desempleo, sin marginar el otro objetivo de estabilidad de precios que tiene asignado ese banco central.
Este intervencionismo brutal de los bancos centrales en los mercados financieros globales está generando una gran incertidumbre en muchas grandes empresas multinacionales, que prefieren comprar acciones propias en bolsa antes que emprender nuevos proyectos de inversión.
Aquest intervencionisme brutal dels bancs centrals en els mercats financers globals està generant una gran incertesa en moltes grans empreses multinacionals, que prefereixen comprar accions pròpies a borsa abans que emprendre nous projectes d'inversió.
Al oro le echan de menos en EE UU. A algunos influyentes políticos les gustaría que la cantidad de dinero en circulación no fuera el resultado de la discrecionalidad de su banco central, por conservador que fuera su presidente, sino de la cantidad de oro que mantuviera el banco.