Cambio de rumbo en la política de la Fed
La Fed continuará con su política monetaria no convencional pero a un ritmo más lento. La duda es ahora cuándo decidirá nuevas rebajas del ritmo mensual (si la economía continúa recuperándose, tan pronto como en marzo) y cuándo finalizarán definitivamente (parece que en la primavera de 2015).
La Reserva Federal de EEUU anunció
el pasado 19 de diciembre que va a comenzar
a reducir la magnitud de las
adquisiciones mensuales de instrumentos
de renta fija. Sirva este comunicado
histórico para hacer un repaso
de los principales componentes de la
política monetaria no convencional
que es, sin duda, uno de los legados de
la Gran Recesión.
Agotado el margen de actuación de
los bancos centrales en su vertiente más
convencional (con tipos de interés de intervención
cercanos al 0,0%) y, sobre
todo, dadas las distorsiones en la transmisión
de la política monetaria derivadas
de la debilidad de la solvencia de las
entidades crediticias, desde finales de
2008 se puso de manifiesto que eran necesarias
nuevas herramientas. El responsable
intelectual de las mismas ha sido
Ben Bernanke, que se despide de la Fed
acordando el inicio del fin del Quantitative
Easing (QE).
Se conoce por QE la compra por parte
de un banco central de activos de renta
fija con la intención de mantenerlos hasta
el vencimiento, asumiendo así el riesgo
de crédito (posibilidad de impago) del
emisor. Estas compras se realizan con el
aumento por parte del banco central de
la base monetaria. En definitiva, el banco
central crea dinero (crece su pasivo)
para adquirir renta fija (incrementa su
activo) en un aumento de su balance,
que en el caso de la Reserva Federal ha
sido equivalente a un 25% del PIB de
EEUU.
El QE de la Fed ha tenido varias ediciones
en función de la tipología de activos
que ha comprado. El QE1 tuvo como
objetivo deuda emitida por las agencias
hipotecarias (Fannie Mae y Freddie
Mac), el QE2, deuda emitida por el Tesoro
estadounidense y el QE3, desde finales de
2012, las dos clases de activos de renta
fija. Desde hace un año ha estado adquiriendo
85.000 millones de dólares mensuales
(45.000 millones en deuda del
Tesoro y 40.000 millones de agencias hipotecarias).
Pues bien - y este es el cambio
- desde enero las compras se
reducirán en 10.000 millones de dólares
mensuales (adquirirá 40.0000 y 35.000
millones), en una minoración que se denomina
tapering.
En definitiva, la Fed continuará con
su política monetaria no convencional
(seguirá aumentando la base monetaria
y su balance) pero a un ritmo más lento. La duda es ahora cuándo decidirá nuevas rebajas del
ritmo mensual (si la economía continúa recuperándose,
tan pronto como en marzo) y cuándo finalizarán
definitivamente (parece razonable que en la
primavera de 2015).
El otro eje de previsiones tiene que ver con la política
monetaria convencional, esto es, con el inicio
de subidas de los tipos de interés. Introducimos aquí
otro de los conceptos novedosos: forward guidance,
que podríamos definir como las expectativas que
crea un banco central sobre el tiempo que resta para
que eleve los tipos de interés o sobre el establecimiento
de condicionalidades para ello. La Fed, una
vez más, es pionera y la más clara en su hoja de ruta:
mantendrá los tipos mientras la inflación esté por
debajo del 2,5% y la tasa de paro por encima del
6,5%. La novedad es que la Reserva Federal ha aprovechado
el anuncio del tapering para revisar su forward
guidance, al señalar que aunque la tasa de paro
caiga por debajo de esa cota del 6,5%, los tipos podrían
permanecer en el nivel actual durante bastante
tiempo.