En mi primer libro pretendo hacer un repaso sobre esas cosas que les pasan a los niños, normalmente a media noche o justo cuando vamos a salir de viaje. Entonces surge la duda: ¿Salimos corriendo a urgencias, echamos allí las horas o tiramos de conocimientos y seguridad?
Agosto ha venido y, con él, la oportunidad de disfrutar una de las mejores ventajas de Libros kindle. Te tumbas en la hamaca, te haces un hueco en las rocas, mar o montaña, lo enciendes y sus páginas se leen como si estuvieras a la sombra de tu salón.
Lo bueno de la lectura digital es que se pueden llevar todas las lecturas pendientes en un solo dispositivo que suele pesar menos que una edición de bolsillo del Ulises. No tendremos la excusa de que Ryanair nos cobre un suplemento.
Hace muchos años que los editores reclamamos IVA cero para los libros porque pensamos que la cultura no debe tributar. En estos tiempos de crisis subir el IVA afectará al consumo de todo tipo de bienes culturales y sobre todo aumentará la piratería.
No podemos sorprendernos que los lectores prefieran las ediciones piratas que permiten compartir el archivo y convertirlo en distintos formatos para garantizar su lectura en el futuro.
Me puse en el lugar del autor de cualquiera de esas novelas que se venden al peso, para imaginar qué podría sentir si llegara a enterarse. Tendría que ser una experiencia muy deprimente.
Algunos editores hemos contratado un servicio de rastreo y anulación de archivos alojados en los servidores tipo upload de todo el mundo. En el último año ha encontrado más de 10.000 archivos.
Según la aplicación que elijamos tendremos una visualización u otra del libro. Lo realmente preocupante es que esto no se limita a tres tipos, sino que se multiplica exponencialmente con el número de dispositivos y aplicaciones existentes.
En Estados Unidos el 30% de la facturación de los libros ya corresponde a los libros electrónicos. No es así en España, donde las ventas en papel han descendido y los ebooks solo son el 1% del mercado.