La especialización de los dispositivos móviles inteligentes
Lejos han quedado los tiempos en los que hablábamos de teléfonos móviles de tapa y con antena externa.
Pequeños, siempre con nosotros y cada vez más útiles y utilizados. Los dispositivos móviles están siguiendo una carrera meteórica en la última década. Una que, además, no deja de mirar hacia lo más alto con cada nuevo avance o propuesta que llega a los mercados. Lejos han quedado los tiempos en los que hablábamos de teléfonos móviles de tapa y con antena externa.
La tecnología no deja de avanzar, y con cada nueva piedra que coloca aparecen cientos o miles de soluciones en forma de dispositivos smart. La etiqueta inteligente llegó para hablar solo de teléfonos móviles, pero ahora se extiende a una miríada de productos diferentes que, entre otras cosas, se están encargando de hacer nuestras vidas más fáciles. Pero, ¿cómo ha evolucionado todo esto? Y mejor aún, ¿hacia dónde se dirige?
Los dispositivos smart, cada vez más variados y especializados
La variedad de dispositivos inteligentes se ha disparado. Ahora podemos encontrar no solo teléfonos móviles que nos ayudan a tener prácticamente un ordenador en nuestros bolsillos. Junto a ellos, han ido apareciendo otros productos que poco a poco se han colado en nuestros hogares y en nuestro día a día, hasta el punto de convertirse en indispensables.
Productos que, además, han abogado por la especialización en diferentes materias. Podemos tomar como referencia las tablets, aunque no son las más adecuadas por su similitud con los smartphones; pero también podemos pensar en los smartwatches, las smart TV o incluso los ebooks. Todo eso ha nacido en el siglo XXI como clara evolución tecnológica, y no está haciendo más que ofrece soluciones cada vez más eficientes, cómodas y rápidas.
Del teléfono a la televisión
La telefonía móvil fue la responsable de abrir la veda allá por los años 90, permitiendo a las personas realizar llamadas o incluso enviar mensajes de texto cortos sin necesidad de contar con un teléfono “atado” por cable a una conexión telefónica. A partir de ahí vimos cómo los modelos cambiaban, llegaban los primeros con pantalla a color, los que empezaban a coquetear con las cámaras y empezaban a introducir más funciones aparte de las comunicativas.
Un rol importante ha tenido también en esta evolución la llegada y masificación de internet. La red de redes ha sido el ingrediente definitivo para dar forma al concepto de dispositivos smart, ya que su conectividad digital es una de sus principales bazas. Hay generaciones de diferencia entre un teléfono móvil moderno y uno antiguo, ya no solo en prestaciones y rendimiento, sino también en funciones, posibilidades y utilidad.
Pero, por supuesto, no son los únicos que simbolizan este cambio. Tenemos como clarísimo ejemplo a los televisores, que ahora han dado forma a una cada vez más grande familia de smart TV. Las televisiones también se han vuelto inteligentes, permitiéndonos navegar por internet, descargar aplicaciones, jugar o incluso realizar videollamadas si lo deseamos. Nunca antes el término “caja tonta” había perdido su significado con tanta fuerza.
Tablets y relojes
Otra parte del mercado inteligente la han copado las tablets y los relojes. Estas primeras comenzaron siendo una alternativa a los smartphones para personas que preferían dispositivos más grandes para usar sus aplicaciones, navegar o incluso leer libros electrónicos. Aunque en este último punto no es que hayan logrado despegar por completo.
Según los responsables de comprarunatablet.net, las tablets todavía no han podido sustituir a los ebooks como dispositivos de lectura: estos últimos siguen siendo bastante más manejables y su pantalla recuerda mejor el diseño y color de un libro de toda la vida. Eso último es lo que sigue haciéndolos especialmente interesantes para los lectores asiduos, ya que estas pantallas causan mucho menos daño a la vista y, al mismo tiempo, permiten leer con la comodidad añadida de no tener problemas con la iluminación del entorno.
Aun así, las tablets siguen ganando terreno ya no solo como “teléfonos potenciados”, sino también como pequeños ordenadores. Los modelos que van apareciendo en los últimos años empiezan a tener características similares a los ordenadores portátiles, lo que les da un toque de lo más interesante para profesionales que tienen en su PC su principal herramienta de trabajo. Quienes tienen que desplazarse a menudo cada vez apuestan más por las tablets para poder seguir trabajando donde estén, disminuyendo así el uso de ordenadores portátiles tradicionales.
En la otra parte de la balanza están los relojes inteligentes, más conocidos como smartwatches. Estos ya son los aliados indispensables de los deportistas, sobre todo porque han pasado a implementar funciones con las que medir desde el ritmo cardíaco a las calorías quemadas con cada sesión de entrenamiento. A eso hay que sumar aspectos como la sincronización con los teléfonos para recibir o avisar de mensajes, tener alarmas en base al calendario o hasta poder realizar llamadas. Sin duda, han pasado a ser mucho más que un aparato con el que saber la hora.
Un horizonte sinfín
Con muchas marcas asentándose y con la firme intención de seguir mejorando sus propuestas, como es el caso de Kindle con sus ebooks o incluso firmas como LG o Samsung lanzando televisores inteligentes o nuevos móviles más potentes y completos, el sector no deja de crecer. De hecho, no tiene intención alguna de pisar el pedal de freno.
La tecnología sigue adentrándose en nuevos territorios, como está sucediendo en los últimos años con el boom de las inteligencias artificiales, y sigue trasladando los avances más punteros al público doméstico. Así, desde teléfonos a relojes o televisores van a seguir evolucionando, puliendo su fórmula para ofrecer más y más comodidades y facilidades. De hecho, ese imparable crecimiento también dará lugar a nuevos tipos de dispositivos.
Sin duda, el sector smart tiene un horizonte infinito por delante. Lo único que el consumidor puede y debe hacer es observar, porque su vida poco a poco irá siendo más y más fácil gracias a las soluciones de los dispositivos que vayan apareciendo. No hay límites, no hay freno para este sector, y lo mejor es que no hará más que facilitarnos las cosas a todos.