Las autoridades de la autoproclamada república separatista les acusan de "cometer acciones destinadas a tomar el poder y derrocar el orden constitucional".
Las tropas de Putin también están cargando contra Odesa, denuncia Kiev. EEUU sostiene que Moscú quiere anexionarse Donetsk y Lugansk con un referéndum en mayo.
Putin quiere resultados rápidos que pueda vender como una victoria: ahora reduce en público los objetivos de la ofensiva y afirma que "no parará" hasta controlar el Este.
En una semana de contactos en Turquía y por vía telemática, Kiev ha planteado una posible neutralidad con protección internacional, pero del meollo Donbás-Crimea no hay nada.
Kiev baja los brazos sobre su ingreso en la OTAN y Moscú habla de un posible acuerdo de seguridad. A ver quién da con una 'rampa de salida' que todos puedan vender como una victoria.
"No aguantan más. Estamos pidiendo urgentemente un acuerdo humanitario. La gente necesita seguridad y comida. Y las necesitan ahora", denuncia Cruz Roja.
El inicio de la guerra se salda con 137 muertos y más de 300 heridos según las autoridades ucranianas. Rusia se hace con Chernóbil y se queda a las puertas de Kiev, mientras Biden y la UE anuncian sanciones "devastadoras".
La portavoz de Biden constata que se han detectado movimientos sospechosos, sin banderas ni distintivos, pero no da detalles ni número de efectivos por "seguridad".
Todo son preguntas: si entrará el Ejército ruso en Donbás, hasta dónde penetrará, cuál es la intención del Kremlin, qué espacio hay para el diálogo, que sanciones quedan.
Eran la gran esperanza, el clavo ardiendo, el marco acordado entre 2014 y 2015 para contener el choque entre rebeldes prorrusos y Ejército ucranio. Ya no valen nada.
El paso dado por Putin respalda a los rebeldes prorrusos que tienen abierta una guerra con Kiev en la zona desde 2014, aunque nadie en el mundo asume esa independencia.
Un llamamiento que sirve de calentamiento ante la llamada que hoy mantendrán el presidente de EEUU y su homólogo ruso, Vladimir Putin, sobre esta crisis.