La comunidad internacional da por enterrados los Acuerdos de Minsk, ¿pero qué son?
Eran la gran esperanza, el clavo ardiendo, el marco acordado entre 2014 y 2015 para contener el choque entre rebeldes prorrusos y Ejército ucranio. Ya no valen nada.
La comunidad internacional da por enterrados los acuerdos de Minsk, con los que desde 2014 intentaba solucionar, por la vía de la negociación, la crisis abierta en Ucrania por las repúblicas secesionistas de Donetsk y Lugansk, tras ser reconocidas estas por el presidente ruso, Vladímir Putin.
En París, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, dijo este martes que lo que había hecho Rusia es “una violación del derecho internacional y una amenaza a la soberanía de Ucrania, saltándose también todos los compromisos internacionales, incluyendo los acuerdos de Minsk”.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó mediante un tuit que la decisión rusa “es una violación de los acuerdos de Minsk y de la legalidad internacional”, mientras el Gobierno alemán instaba a Rusia a “revocar” el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás que, según Berlín, “echa por tierra” los acuerdos de Minsk y violan la integridad territorial de Ucrania.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la decisión rusa “socava aún más la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, erosiona los esfuerzos hacia la resolución del conflicto y viola los Acuerdos de Minsk, de los que Rusia es parte”.
En una entrevista este martes con el canal BFMTV, el expresidente francés Francois Hollande, que fue uno de los mediadores y negociadores de los acuerdos de Minsk en 2014 y 2015 para poner fin al conflicto en el Donbás, insistió en que los occidentales tienen que “establecer una relación de fuerza” con Rusia que le impida ir más lejos y desestabilizar toda Ucrania.
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha recalcado este martes que los scuerdos “llevan más de un año sepultados” por el “sabotaje” de Kiev a los compromisos que adquirió en el marco de los mismos. “Todo el mundo entiende que los acuerdos ya fueron sepultados”, señala. “No somos nosotros quienes los enterramos”, ha manifestado, antes de asegurar que Ucrania “obliga” a sus socios occidentales a compartir o a “tragarse en silencio” su “rusofobia”.
Después de que Putin reconociera ayer las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, lo que ha hecho saltar por los aires los acuerdos de Minsk, el que fuera jefe del Estado de Francia entre 2012 y 2017 avisa de que “a largo plazo” lo que busca es que “toda Ucrania vuelva a la órbita rusa”.
¿Pero qué son los Acuerdos de Minks?
Tras una serie de conversaciones de las partes, el 5 de septiembre de 2014 fue suscrito el Protocolo de Minsk para poner fin al conflicto en el este de Ucrania. Fue firmado por representantes de Rusia, Ucrania, Donetsk y Lugansk bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
El pacto sentó las bases para una solución política del conflicto:
- Prohibir el uso de armamento, monitorizado por la propia OSCE.
- Descentralización del poder, incluyendo en la ley ucraniana el respeto de los estatutos locales y de autogobierno de las áreas de Donetsk y Lugansk.
- Permanente verificación por la OSCE de la frontera entre Rusia y Ucrania, incluyendo la creación de zonas de seguridad en las regiones fronterizas de Ucrania y de la Federación Rusa.
- Inmediata liberación de todos los detenidos y una ley que prohíba la persecución y el castigo de las personas que hubieran estado relacionadas con los sucesos en Donetsk y Lugansk.
- Asegurar la convocatoria de elecciones de acuerdo a la ley ucraniana y a los estatutos de autogobierno, así como suprimir las formaciones militares ilegales, las milicias y los mercenarios del territorio de Ucrania.
Pero el acuerdo fue violado repetidas veces. El Cuarteto de Normandía se planteó la necesidad de refrescar el acuerdo, incluso introduciendo mayores obligaciones para las dos partes enfrentadas. Se llega así al Acuerdo de Minsk (II), negociado entre el 11 y el 12 de febrero de 2015.
- Se solicita un nuevo alto el fuego “inmediato y completo” en las zonas de conflicto en las regiones de Lugansk y Donetsk.
- Se pide la retirada de armas pesadas a una distancia, según el calibre, entre 50 y 140 kilómetros de ancho, y se pide a la OSCE que garantice esta separación.
- Restablecimiento del control total de la frontera estatal por parte del gobierno de Ucrania en toda la zona de conflicto, retirada de todas las formaciones armadas extranjeras, equipos militares y mercenarios del territorio de Ucrania bajo la supervisión de la OSCE y desarme de todos los grupos ilegales.
- Reforma constitucional en Ucrania que contemple la descentralización como un elemento clave (incluyendo una referencia a las especificidades de ciertas áreas en las regiones de Donetsk y Lugansk, acordadas con los representantes de estas áreas).
El papel de Normandía
Es quien teóricamente se ha encargado de buscar, desde 2014, una salida diplomática a la crisis entre Rusia y Ucrania por las regiones separatistas del Donbás. El Cuarteto de Normandía es un grupo integrado por cuatro países europeos (Alemania, Rusia, Ucrania y Francia) para resolver el conflicto bélico en el Este de Ucrania.
No hace mucho tiempo, el pasado 18 de enero, los líderes del Cuarteto subrayaron la importancia de reavivar las negociaciones. Pero la violencia en la región no ha cesado y la ONU estima que un total de 14.000 personas han muerto, hasta 30.000 han resultado heridas, 1,4 millones están desplazadas y 3,4 millones necesitan ayuda humanitaria.