Lo que queremos no solamente está condicionado por la información, sino que además está fuertemente condicionado por nuestras creencias. En ese caso, ¿cómo saber entonces lo que realmente queremos? ¿Cómo saber que lo que elegimos es lo que queremos de verdad? ¿Cómo estar seguros de ello? Les propongo una opción que no es más que una aplicación de la teoría de la relatividad de Einstein al mundo del comportamiento humano y la racionalidad.