Un pedagogo sin pelos en la lengua culpa a padres y maestros de este comportamiento de los alumnos
Defiende que se debe educar la atención de los niños para que no se distraigan tanto
“La atención es libre y no se puede domar, pero sí se puede atraer. No es culpa de los niños”, opina el pedagogo y escritor Carles Flo, tal y como cuenta en su nuevo libro, Atención y aprendizaje (Jóvenes pioneros). Los errores propios de los padres y los maestros hacen que los niños no les presten atención, explicó este experto en una entrevista en RAC1.cat.
“Muchos padres creen que los hijos son una versión pequeña de sí mismos y piensan que sus intereses también los tendrá el niño”, dice Flo. “Parece que de forma natural, el hijo también tenga que ser periodista, abogado o médico, como el padre y el abuelo. Pero eso quizás se le debería preguntar al niño, a ver si realmente le interesa”, afirmó.
Este experto recomienda "observar a nuestros hijos para ver qué habilidades innatas tienen. Si somos capaces de orientarlos hacia allí, encontrarán espacios donde la atención se podrá mantener de forma continua y sostenida en la acción que realizan". La atención es un concepto que va asociado a la fuerza del saber. Sin atención no puede haber aprendizaje. "Y también a la inversa: donde no ponemos la atención, no es posible saber, conocer, aprender ni darnos cuenta de las cosas. Si queremos que haya aprendizaje, debe haber atención un segundo antes".
El pedagogo considera que en el debate educativo falta tratar estrategias para mejorar la atención de los alumnos. “La atención no funciona a voluntad. Si vas a una reunión larga y la persona que habla no tiene destreza comunicativa, te aburrirás a los pocos minutos y es probable que la atención se te vaya hacia tu mundo interno" , a iluminar pensamientos de cualquier cosa”, señala. “La atención nunca desaparece, sino que se desvía”.
Y recomienda, que si queremos que nuestros hijos tengan éxito es necesario que hagan lo que realmente les interesa, que es donde de verdad tendrán facilidad para prestar atención y aprender. Y a veces, los padres no observan ni escuchan suficientemente a los niños.
Otra forma de captar la atención que sugiere este experto “es mediante la sorpresa, una herramienta que si se utilizara más en las escuelas sería espectacular”. Y lo explica relatando con una vivencia suya: “Cuando nos ponemos a jugar la atención no se escapa. A mí, de pequeño, un profesor sustituto que vino un día nos enseñó matemáticas con un tablero de ajedrez. Aquel hecho siempre le ha recordado a la famosa escena de El club de los poetas muertos, en la que el profesor hace arrancar una página de su libro a los alumnos”.