En una situación de regresión de la clase media, tanto numérica, como simbólica e ideológicamente, lo que parece perderse de vista son las posiciones más centradas y moderadas. Se acentúa la defensa del orden e incluso las reclamaciones de un viejo orden, como mejor que un orden actual que se percibe como débil, amenazado y tambaleante; y, al mismo tiempo, aumentan las proclamas de cambio, salida o transformación del sistema político y la sociedad.