Una gran ambición marca la cumbre en Hangzhou (Zhejiang) del G20. China lleva inmersa varias semanas en una perseverante exaltación de las posibilidades de este encuentro. Mientras, al resto del mundo se le ve bastante despistado en relación al evento, con cada país integrante del foro centrado en problemas internos de diversa naturaleza, lo que parece ir en detrimento de las altas expectativas chinas.