Los dibujantes y las asociaciones profesionales censuran la drástica medida, que supone "ceder" a las presiones políticas y a la fiebre de las redes sociales.
Mensajes con tópicos antisemitas para meterse con adversarios de su padre, insultos a la izquierda, acusaciones a hijos de otros mandatarios y hasta cacas de perro sin recoger...