Defino la agroecología, ante todo, como una mentalidad, una voluntad, y también una forma de optimismo y de confianza en los recursos de la propia naturaleza y en la inteligencia de los hombres. No se trata de una visión angelical o marginal, es simplemente la convicción de que no siempre utilizamos el potencial que la naturaleza nos ofrece para regularse a sí misma.