Corred a Correos
Hoy es el último día para enviar el voto por correo, así que daos prisa si todavía no lo habéis hecho y si no es demasiado tarde ya. Digo lo de tarde porque, si da la casualidad de que tenéis que recoger las papeletas en una oficina de Correos que sólo abra por la mañana (como me ocurrió a mí), puede que ya estéis perdidos.
Hoy es el último día para enviar el voto por correo, así que daos prisa si todavía no lo habéis hecho y si no es demasiado tarde ya. Digo lo de tarde porque, si da la casualidad de que tenéis que recoger las papeletas en una oficina de Correos que sólo abra por la mañana (como me ocurrió a mí), puede que ya estéis perdidos.
Vale, es verdad que los votos llegan a tu domicilio, pero también es verdad que, si el cartero no te pilla en casa -y en contra de toda lógica-, no puedes recoger ese correo certificado en la oficina donde fuiste a solicitar el voto, sino en la que te hayan asignado (que no tiene por qué ser la más cercana a tu domicilio, por cierto).
En fin, si estáis acostumbrados a este proceso -y a la parafernalia que conlleva-, puede que todo esto os suene a obviedad, pero yo ayer no podía dejar de pensar en los pobres muchos estudiantes que votan por correo y que han tenido que echar (como mínimo) una mañana haciendo trámites burocráticos para ejercer un derecho, precisamente ahora que es época de exámenes. ¡Vaya, ya es mala suerte que las elecciones caigan tan mal este año...!
Sea como sea, allí se encontrarán a muchos más jóvenes en su situación y a funcionarios al borde de un ataque de nervios (con razón) que les explicarán de mala gana por enésima vez a quién hay que poner como destinatario o dónde aparece la fecha de expedición del DNI. Sobre todo, seguro que habrá colas, muchas colas: gente con prisa que mira desesperada el móvil o, en su defecto, el reloj.
Tampoco podía dejar de pensar en los expatriados, que se reirían de mi lamento. Si yo me quejo del embrollo de votar por correo desde España, me pregunto qué habría hecho si hubiese tenido que 1) inscribirme como elector residente en el extranjero, 2) solicitar el voto en el consulado antes del 21 de noviembre y 3) enviarlo antes de hoy. Todo esto suponiendo que las gestiones hubieran sido impecables y no hubiera habido fallos entretanto, algo a lo que, por desgracia, no estamos acostumbrados.
Una última cosa: aunque este post os haya desanimado, no penséis que compensa más volver a casa el fin de semana para votar allí. Si ya lo habéis solicitado por correo, no podréis votar de forma presencial en vuestro colegio electoral. Pero si todavía estáis a tiempo de ir a Correos, sólo un consejo: coged el DNI, los apuntes, la paciencia... ¡y a disfrutar de la fiesta de la democracia!