El pueblo de Granada que libró dos siglos de guerra con Dinamarca
Mantuvieron una guerra de 172 años sin un solo disparo.
A lo largo de la historia, las guerras han sido escenarios de conflictos devastadores, cambios políticos y grandes tragedias humanas. Sin embargo, no todas se ajustan a la imagen tradicional de batallas sangrientas y enfrentamientos épicos. Entre las muchas peculiaridades de la historia militar, destaca la peculiar guerra entre Huéscar, un pequeño pueblo de Granada, y Dinamarca, iniciada en 1809.
Este conflicto, que se prolongó durante 172 años, no tuvo batallas, soldados ni víctimas, y permaneció olvidado hasta su redescubrimiento en el siglo XX. Su origen, desarrollo y resolución hacen de esta guerra una historia única, cargada de simbolismo, humor y reconciliación. Parece sacada de una novela, pero es absolutamente real.
Una declaración de guerra
El inicio del conflicto se remonta al contexto de la Guerra Napoleónica. En 1808, España, entonces aliada de Francia, envió más de 3.000 soldados a la península de Jutlandia, en Dinamarca, con el propósito de evitar un desembarco británico. Sin embargo, tras la invasión napoleónica de la Península Ibérica, España rompió su alianza con Francia y las tropas fueron desmovilizadas para evitar una escalada del conflicto.
Fue entonces cuando, en un gesto simbólico de desafío, el municipio de Huéscar se adelantó y declaró la guerra a Dinamarca. Sin embargo, una vez finalizada la guerra en 1814, la diplomacia y el poder político central olvidaron incluir a Huéscar en los tratados de paz firmados con las demás naciones.
Con el paso del tiempo, este enfrentamiento quedó en el olvido y la declaración de guerra permaneció activa en los archivos locales. No fue hasta el año 1981, cuando Vicente González Barberán, archivero municipal, descubrió el documento que formalizaba la declaración de guerra.
Una celebración histórica
Ese mismo año, y con cierto asombro, ambas partes decidieron firmar un tratado de paz. El acuerdo, que selló el fin del enfrentamiento, se convirtió en una celebración histórica. En una ceremonia llena de humor, vino andaluz y daneses vestidos de vikingos, Huéscar y Dinamarca concluyeron la guerra con un armisticio firmado por el embajador danés Mogens Wandel-Peterson y representantes del gobierno español.
Desde entonces, la relación entre Huéscar y Dinamarca ha florecido con intercambios culturales, como programas educativos entre estudiantes de Kolding, la ciudad danesa hermanada con Huéscar, y la colocación de placas conmemorativas en ambas localidades.
La guerra sin guerra
Recientemente, Huéscar ha sido el escenario del rodaje de The Longest War, un documental dirigido por Jorge Rivera que relata esta insólita historia con motivo del 40 aniversario de la firma de la paz. Según recoge El Español, incluye testimonios clave, como los del exministro de Asuntos Exteriores danés Per Stig Møller, el archivero Antonio Marín Ros, y los policías jubilados que capturaron al único “prisionero” del conflicto que era un periodista danés en busca de una exclusiva.
Hoy, esta curiosa anécdota es parte del patrimonio cultural de Huéscar, que no solo se enorgullece de su vínculo con Dinamarca, sino que también utiliza esta singular historia para promover el turismo y fortalecer sus lazos internacionales.