Una investigación tira de genética para revelar quién es la abuela favorita de los nietos
El efecto de una abuela sobre sus nietos varía según su relación con el cromosoma X.
Parece ser que los nietos y nietas heredan la carga genética de sus abuelas maternas, es más, les trasmiten tanto el carácter (comportamiento y temperamento) como algunos de sus rasgos físicos. Así lo probó una investigación del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos. Y la razón es que los óvulos transfieren una mayor carga genética además de información mitocondrial, cosa que no pueden hacer los espermatozoides porque carecen de ella.
De este modo, una mujer que está embaraza de una niña ya le está transmitiendo miles de ovocitos que contienen una gran carga genética de ella misma y de su abuela. Los ovocitos son las células germinales femeninas que se generan en los ovarios durante la ovogénesis, un proceso que tiene lugar solo durante el desarrollo fetal.
Además, otros estudios científicos han demostrado que la carga genética que transfiere el hombre a sus hijos es menor que la de la mujer y que, además, es determinante en cuanto al desarrollo de enfermedades hereditarias (diabetes de tipo 2, obesidad o esquizofrenia).
También un estudio realizado por el departamento de antropología biológica de la Universidad de Cambridge se llegó a la conclusión de que “el efecto de una abuela sobre sus nietos varía según su relación con el cromosoma X”. En principio, “las abuelas maternas tienen un 25% de parentesco X con sus nietos y nietas y ambos nietos tienen la misma probabilidad de heredar cualquiera de sus genes ligados al cromosoma X”. Sin embargo, las abuelas paternas solo transmiten sus cromosomas X a sus nietas, pero no a sus nietos.
En conclusión, si a la carga genética se suma lo que los expertos llaman la ventaja matrilineal, el papel de las abuelas maternas y su relación con sus nietas y nietos se afianza con mucha más fuerza. Se conoce como ventaja matrilineal el vínculo que una mujer mantiene con sus padres y que en consecuencia favorece las relaciones de sus hijos con los abuelos maternos dejando a los paternos en desventaja.
Entonces parece como si “la culpa” de que los abuelos paternos no participen de igual manera en la crianza y en el acompañamiento de los nietos fuera no solo de la genética, sino de que el padre no cuenta con esa ventaja matrilineal. Por tanto, los abuelos paternos lo tienen más difícil. Aunque claro, esto desde el punto de vista genético, lo que no quiere decir que no puedan crear igualmente un gran vínculo emocional con sus nietos a través de su comportamiento, lleno de amor y cariño.