El edificio modernista de Cataluña que parece sacado de una película de ciencia ficción
Una auténtica joya del legado modernista catalán.
El modernismo fue una corriente artística y cultural de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que buscaba romper con las formas tradicionales. En Barcelona esta expresión alcanzó su máximo esplendor, convirtiendo la ciudad en todo un museo al aire libre con obras tan icónicas como la Sagrada Familia, la Casa Batlló y el Parque Guëll. Sin embargo, hay un edificio que es un fiel reflejo de lo que fue el modernismo catalán y que a menudo suele pasar desapercibido.
Para saber de qué estamos hablando tenemos que desplazarnos hasta el corazón de Terrassa. Más concretamente, en el barrio de Ca n’Aurell se encuentra la Masía Freixa, un tesoro arquitectónico que parece salido de una película de ciencia ficción. Inicialmente, este edificio fue levantado en 1896 para servir como fábrica de hilaturas, aunque esta idea no llegó muy lejos ya que entre 1907 y 1914 fue completamente reformado.
Dicha remodelación fue diseñada por el arquitecto modernista Lluís Muncunill i Parellada, quien transformó el edificio en una residencia familiar para el industrial textil Josep Freixa. Para ello, el artista se inspiró en las curvas y formas naturales que caracterizan el modernismo catalán, llevando los conceptos de Antonio Gaudí a un contexto residencial único. De esta forma nacieron los arcos parabólicos, techos ondulantes y la torre blanca que conforman el edifico.
Una estética única
La Masía Freixa está construida con materiales simples como ladrillo y yeso, pero su diseño lo convierte en una obra maestra. El uso del color blanco, combinado con los detalles de cerámica azulados y las ventanas ovaladas, aporta al edificio un aire etéreo que contrasta con el entorno urbano. Así como la combinación del sinuoso tejado con bóvedas catalanas de ladrillo plano con los arcos catenarios es lo que le hace parecer un escenario de ciencia ficción.
La obra se completa con una torre octogonal en el ángulo noreste, que cuenta con un mirador desde el que disfrutar de unas maravillosas vistas de la ciudad condal, además de una espectacular panorámica del jardín que rodea la masía, con sus fuentes y árboles centenarios. En su interior podemos encontrar inmobiliario de comedor y despachos diseñados originalmente por el pintor Joaquim Vancells.
Durante varios años y hasta hace relativamente poco, este emblemático edificio albergó el Conservatorio Municipal de Música de Terrassa. No obstante, hoy en día cumple con la función de ser la oficina de turismo de la ciudad, además de un edificio considerado desde 2023 un Bien Cultural de Interés Nacional y uno de los más representativos del modernismo catalán.
El estilo singular de la Masía Freixa ha capturado la atención de todo aquel que tiene la suerte de visitar este enclave tan especial. Su estética única, que combina funcionalidad con fantasía, la hace perfecta para contar historias tanto del pasado como del futuro. Además, los turistas pueden realizar visitas guiadas para explorar tanto su fascinante origen como los detalles arquitectónicos que la convierten en una joya del modernismo.