El agridulce balance de las cifras del cine español en 2024: entre un comienzo complicado y un final de año lleno de éxitos
Aunque las cifras de taquilla llegaron a marcar mínimos históricos, cintas como 'La infiltrada', 'El 47' o 'Casa en llamas' han batido récords.
"Lo que mal empieza, bien acaba", dice del refranero español y ese podría ser el resumen del cine español este 2024. Con las nominaciones de los premios Goya y la entrega de los Forqué el pasado 14 de diciembre, las producciones patrias se preparan para la temporada de premios con un balance en taquilla que, aunque no ha sido tan positivo como otros años, especialmente en el primer semestre, las cintas sí que han recibido halagos a nivel de crítica y recepción.
La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar, fue recibida en Venecia con una ovación de 17 minutos y finalmente levantó el León de Oro del festival; Karla Sofía Gascón apunta a una de las favoritas al Oscar por su papel en Emilia Pérez tras triunfar en Cannes; Albert Serra y su polémico documental taurino Tardes en soledad se alzó con la Concha de Oro de San Sebastián, y Jonás Trueba triunfó con Volveréis n la Quincena de cineastas de Cannes.
"Al margen de la taquilla, ha sido un año espléndido para el cine español", recalca a El HuffPost Lucía Tello, doctora, profesora de cine en la UNIR y directora de cine, que remarca la variedad de películas y el regreso de cineastas consagrados como Pedro Almodóvar con La habitación de al lado o Icíar Bollaín con Soy Nevenka.
"Tenemos muchas películas además de muy interesantes, diferentes. Tenemos hasta una película como Escape de Rodrigo Cortés, que ha sido producida por Scorsese, tenemos a una actriz como Karla Sofía Gascón, una española, nominada para los Globos de Oro que ha ganado en los Premios del Cine Europeo y en Cannes", añade.
Para Juanma Ruiz, crítico de cine en Jot Down y profesor de Comunicación Audiovisual en la URJC, "es muy difícil comparar o acompasar lo que es un buen año en taquilla con lo que es un buen año críticamente o a nivel reconocimiento".
"A nivel de taquilla, los datos son los que son. El cine español se ha hecho puntualmente un hueco en las carteleras y las taquillas poco a poco, pero ha sido muy difícil y sigue siéndolo. La colonización de Hollywood ocupa el 90% de las carteleras", detalla Ruiz.
Entre la oferta que recuerda Tello, recoge desde dos cintas musicales que estuvieron preseleccionadas por la Academia de Cine para los Oscar, como fueron Segundo premio y La estrella azul, a un importante peso y variado del cine hecho por mujeres. "Está demostrando que tiene la misma o mayor calidad que el cine hecho por hombres, lo cual no deja de ser muestra de que también es interesante dar la opción a escuchar otras voces. Es muy enriquecedor y al cine español le está viniendo fenomenal", recuerda Tello.
Además, la especialista critica la decisión de algunos críticos de englobarlo todo bajo el mismo paraguas: "Nada tiene que ver Nina, que es esa mujer que está haciendo prácticamente un western que va a buscar venganza con La infiltrada, ni con Salve María. Hay tanta variedad como el cine realizado por hombres, no cabe esperar otra cosa".
Una mala racha para la recaudación general en la taquilla
A nivel de recaudación, el primer semestre de 2024 no cumplió las expectativas generadas, pero no fue solo un fenómeno del cine español, sino que la caída fue generalizada. A finales de mayo de este año, se habían recaudado cuatro millones de euros en los cines españoles, una cifra que suponía un 25,5% menos que el mismo periodo de 2023, según datos de Comscore.
Especialmente crítica fue la semana del 31 de mayo al 2 de junio, que hizo sonar todas las alarmas ya que la asistencia cayó a un nuevo mínimo anual con 364.335 espectadores y 2.678.017 millones de euros recaudados. Pero a mediados de junio la cifra bajó aún más del 14 al 16 de junio con una recaudación de 2,3 millones de euros, siendo el peor fin de semana hasta la fecha.
"Durante la primavera, el cine se había desplazado de la mente general de los espectadores que no encontraban excusas para ir al cine", recuerda Pau Brunet, colaborador y analista de la web Box Office España y responsable de la cuenta @BoxOfficeSpain.
A pesar de esto, Brunet recuerda que este año, la cosecha de cine español ha logrado acercar de nuevo a "ese perfil tan particular que es adulto, urbano, aficionado al cine que se beneficia en especial del Martes Senior y que daba la sensación que se había perdido". Entre las cintas que se han visto beneficiadas por este perfil, el especialista recuerda La infiltrada, El 47, Casa en llamas o Marco.
"Con todo, el cine español sobrevivía en algunos sectores con películas que también contactaron con ese grupo cinéfilo como La estrella azul o La casa, pero el hecho que no hubieran films 'locomotora' que colocaran el cine en el imaginario general se notaba mucho y no había continuidad", explica Brunet, que recalca la importancia de cintas como Del revés 2 o Casa en llamas que tradujeron ese "boca a boca" en un encadenamiento de títulos.
Para Tello, en la primera mitad de año "no se cumplieron las expectativas". "No se puede llegar a decir decepcionante ni nada por el estilo porque ha sido un buen año para el cine español. Lo que pasa que además esto fue algo que no solamente afectó al cine español, aunque quizá al ser un cine más pequeño se acusa más", explica y recuerda que "en la segunda parte se ha compensado bastante".
En la segunda mitad del año, la recuperación ha llegado con cintas como las ya mencionadas y Brunet recuerda que "este año ya son 20 las películas que han superado el millón de euros, y de estas, 11 han recaudado 1.5 a 4 millones, lo que es casi el doble que el pasado año". "Y son películas más diversas, adultas, y que han tenido extraordinarios mantenimientos en las salas gracias al boca a boca, algo que el año pasado vimos con el éxito de El maestro que prometió el mar", apunta.
Ruiz recuerda que el cine español es el gran damnificado al haber una caída generalizada en taquilla ya que los medios de la industria no son comparables. "En eso se juega con desventaja no artística ni creativa, sino una desventaja industrial, de dinero, pero no solo para hacer las películas si no para promocionarlas", señala.
A la hora de buscar una causa, se repiten los mismos motivos que en los últimos años: el incremento de las plataformas de streaming –agravado más aún por la reducción de las ventanas temporales entre exposición en cines y llegada a las televisiones, que ya no está limitado desde la pandemia– o el incremento de los precios de las entradas.
Sin embargo, Ruiz apunta a un motivo más que puede alejar de las salas incluso al público más cinéfilo. "Se ha empobrecido la experiencia de las salas. Se ofrecen muchos elementos accesorios, como estas salas que te dan de cenar, pero a la vez te ofrecen una pobre experiencia de imagen porque recortan en electricidad y la bombilla del proyector no está en condiciones", ejemplifica y asegura que esto viene asociado a una mejora de las condiciones de visualización en casa cada vez antes con respecto al estreno en cines.
"Soy un absoluto defensor de la experiencia del cine en salas, en la pantalla grande, pero entiendo que llega un momento en el que al público no le compensa. Y es el público más cinéfilo idealmente, el que debería vivir el cine, el que acaba dando de la espalda", señala Ruiz. "Creo que desde las salas deberían hacer autocrítica de la experiencia o cuidar al espectador. Cuando el espectador va a cenar unos nachos y una pizza mientras ve una película, la película se convierte en un elemento casi de fondo, un accesorio, no es lo importante", añade y recuerda que en muchos de estos modelos la experiencia de ver una película es intercambiable por otras muchas.
Uno de los "fallos" a nivel técnico que con más frecuencia se da con la digitalización, si hay un problema de proyección no hay un proyeccionista que lo está viendo. Alguien le ha dado al play y ha ido a la siguiente sala a darle al play, si hay un problema no lo detecta hasta que un espectador tiene que salir e ir a buscar a alguien y decir que está habiendo un problema de proyección, que no se ve bien o que no se escucha", detalla.
La eterna lucha entre la "comedia familiar" que triunfa en taquilla y los éxitos en la crítica
Como cada año, las cintas más aclamadas por la crítica, que han recibido reconocimientos en festivales como Volveréis de Jonás Trueba,. premiada en la Quincena de cineastas en Cannes o La habitación de al lado de Pedro Almodóvar, premiada en Venecia, no son las que más han recaudado.
En el acumulado a día 15 de diciembre, según datos de Comscore, de nuevo se presenta como imbatible Santiago Segura con su Padre no hay más que uno 4 con 13,4 millones de euros. En segundo lugar, la cinta de Arantxa Echevarría, La infiltrada, con 13 nominaciones a los premios Goya, ha logrado casi 7,9 millones de euros, seguida de la película de animación Buffalo Kids, con 5,2 millones de euros, y de las comedias familiares Odio el verano y La familia Beneton.
"Ha habido como tres o cuatro como pilares que han sostenido el cine español en taquilla, que es donde colisiona lo exitoso con la crítica. Para mí, los pilares que sostienen hoy el cine español en taquilla, lamentablemente están muy lejos de ser el cine español más interesante", recuerda Ruiz, quien apunta a excepciones como La infiltrada y La habitación de al lado de Pedro Almodóvar –que se ubica en el top 10 y que ha superado los 2,4 millones de euros de recaudación–.
"Lo que pasa es que, como siempre, todas estas películas están muy lejos de los primeros puestos de taquilla general. La película española más taquillera, que es Padre no hay más que uno 4, es la sexta película más taquillera en España. No hay ninguna española entre las cinco más taquilleras: está Del revés 2, Deadpool y Lobezno, etc.", recuerda el especialista volviendo a poner el foco en la diferencia presupuestaria y de promoción entre Hollywood y España.
Más allá de las comedias familiares, las cintas tipo thrillers o biopics como La infiltrada, Marco o El 47 han cosechado a la par buenas críticas y espectadores, cubriendo así un hueco entre el cine familiar y el cine de festivales como recuerda Brunet.
"Es importante que nuestro cine esté en equilibrio generando un producto comercial pero de calidad pensado para grandes audiencias y que esto no sea solo territorio de la comedia comercial o familiar, y luego el resto de producto sea cine de festivales. Ese gap entre la comedia familiar y el producto familiar dejaba un vacío enorme que estaba debilitando mucho la imagen general del cine español", señala y destaca también la generación de nuevos cineastas con importante presencia en el circuito de festivales.
Otro ejemplo del éxito de estas cintas en el que coinciden los expertos es que conectan con ciertos aspectos de la sociedad española.
"Incluso la sociedad y todo lo que está sucediendo ha permeado un poco en el cine y ha conseguido hacer unas películas realmente destacables, que han llamado la atención por su calidad y por una propuesta novedosa. Eso es algo que no todos los años sucede", señala Tello, que destaca la riqueza y diversidad de cintas que han pasado más desapercibidas en taquilla como La alcoba del sultán, Los pequeños amores o Polvo serán.
Ruiz pone de manifiesto que "el español ha visto que está en un momento magnífico y que lamentablemente no se refleja en la taquilla" y pone de ejemplo Volveréis, de Jonás Trueba, que pese a estar premiada en Cannes apenas ha superado los 741.000 euros en taquilla.
"Es una de las películas que han hecho más ruido a nivel crítico y cultural. No está ni entre las ciento y pico películas más vistas en su país de producción. Esto indica algo. Indica que el público no se está enterando o que no está consiguiendo que le interese una película que ha creado revuelo fuera de su país", recalca el especialista, que señala que otras cintas tienen fallos de distribución que hacen que las cifras de recaudación sean menores.
"Mi película española favorita de este año, una de las que a mí me parece más interesantes es La alcoba del sultán, de Javier Rebollo, ha recaudado apenas unos pocos miles de euros. No ha encontrado una distribución generalizada. Hasta este momento, al menos, solo se han realizado como pases puntuales", añade.
El caso de La infiltrada
Dentro de estas películas que han servido como punta de lanza para llevar a los españoles a las salas de cine a consumir cine español, la que ha batido los récords ha sido La infiltrada de Arantxa Echevarría, que en dos meses y medio desde su estreno el pasado 11 de octubre ha logrado casi 7,9 millones de euros en taquilla.
La película aborda en formato thriller la vida de Aranzazu Berradre Marín, el pseudónimo que utilizó una policía para infiltrarse en ETA tras varios años dentro de la izquierda abertzale y que fue clave para desarticular el comando Donosti.
Tello destaca la capacidad de Echevarría, nominada a Mejor dirección en los Goya, de "tocar siempre temas que son muy interesantes". "Es verdad que hay algunos que no han tenido tanto éxito en taquilla, como Carmen y Lola, la primera película que hizo, pero que ya llamó la atención y se llevó el Goya a Dirección novel", recuerda Tello. "Pero ha captado muy bien el sentido de lo que es el interés público. Con Chinas, también, que era una película muy orientada hacia el público, y tuvo un mejor resultado que el que se presuponía", recuerda.
"Con La infiltrada toca dos temas importantes, uno que tiene que ver con el terrorismo, que además siendo biopic con un formato thriller que gusta mucho y que es de los géneros con mayor éxito en la taquilla", recuerda.
Brunet destaca de esta historia el haber introducido elementos identitarios y hechos reales de España como también hacen El 47, La virgen roja o Marco. "Estos elementos son importantes porque, como hemos visto en los Goya, denota una industria sólida, capaz de generar un cine de calidad, comercial, y capaz de conectar con espectadores", destaca. "Hay una necesidad general de disfrutar de historias nuestras, un goce que creo que es parte de esta identidad", añade.
El 47 y Casa en llamas, cifras de récord para el cine en catalán
Una de las sorpresas del año la han dado dos cintas en catalán, que han batido todos los récords en cuanto a recaudación de películas en esta lengua. A principios de noviembre fue Casa en llamas (Casa en flames, en versión original) de Dani de la Orden la que batió el récord como película en catalán más vista de la historia con 455.927 espectadores.
Sin embargo, poco más de una semana le duró el título, ya que El 47, de Marcel Barrena, le arrebató el récord con 457.093 espectadores, la segunda semana de noviembre.
Ambas cintas plantean dos polos opuestos de la realidad catalana: por un lado, Casa en llamas aborda el relato de una familia burguesa que intenta pasar un fin de semana aparentemente idílico en la casa familiar de Costa Brava, pero cuyas rencillas y relaciones rotas salen a relucir; por otro, la lucha obrera pacífica de los vecinos de los barrios de extrararradio como Torre Baró, habitado por inmigrantes extremeños y andaluces, por unas infraestructuras dignas.
"El cine en lenguas cooficiales está demostrando contar con un interés muy elevado en sus zonas y a veces también fuera gracias a los premios y las críticas", explica Brunet. Buena muestra de ello fueron 20.000 especies de abejas, en euskera, que logró el Oso de Plata a la mejor interpretación femenina o Pa negre, en catalán, que consiguió en 2010 la Concha de plata a Mejor actriz en San Sebastián.
"As bestas, Irati o 20.000 especies de abejas son precedentes importantes a los de este año. Todos han logrado un éxito de boca a boca, y demuestra la necesidad de un producto que habla no solo de una identidad, que es un tema muy polarizado, sino una identidad local general que no necesariamente está vinculada a una bandera política sino social, como en el caso de El 47, que es bilingüe y habla de un más allá de Barcelona", recuerda.
A pesar del éxito de dos cintas grabadas originalmente en catalán, en España sigue habiendo cierto prejuicio tanto con las lenguas cooficiales como con ver las películas en versión original. "Cuesta mucho llevar también a la gente a ver cine en idiomas extranjeros en VOSE, todo tiene que ser doblado. Esto hace que una película en catalán magnífica pueda perder todos sus matices al estrenarse doblada en España", se queja Ruiz.
"Me encanta que haya películas que rueden en catalán, pero que se estrenen en catalán, no solo en Cataluña. Quiero que en las salas la gente, especialmente gracias a la riqueza lingüística, la descubra. Es una pena que se rueden películas en catalán, que se defienda esta pluralidad lingüística y que luego a la hora de estrenarse fuera de Cataluña en el 90% de las salas sean dobladas al castellano", añade el experto.
Para él, tendría que haber más trabajo de concienciación en ver el cine subtitulado en castellano: "Creo que recompensa mucho hacer ese mínimo esfuerzo de leer unos subtítulos. Eso hace que estas películas brillen mucho más, que las interpretaciones sean los actores originales y sus voces. No otras voces que, sin quitar mérito, al excelente trabajo de muchos dobladores, con elementos que se añaden a posteriori y que no están tan necesariamente alineados con las intenciones o con los matices que le querían dar sus intérpretes originales".