Esto es lo que pasa si cocino con ajo todos los días
Es un alimento que contiene múltiples propiedades para el organismo.
El ajo es uno de los ingredientes fundamentales de la dieta mediterránea y no está en esa lista porque sí. Esta planta herbácea de la familia Allium tiene numerosos nutrientes como minerales, manganeso, calcio, vitaminas B6 y C, cobre, selenio o potasio. La ciencia avala sus numerosos beneficios.
Las sopas de ajo o el pan de ajo son dos platos que tienen como elemento principal este ingrediente. Pero puede consumirse de muchas otras formas: sofrito, majado, molido, picado... para añadirlo a carnes, guisos, pescados, verduras o salsas.
Combate enfermedades
Los beneficios de los ajos son innumerables. Uno de los más importantes es que son un potente anticoagulante, ya que sirven para prevenir la trombosis, por lo que se recomienda su consumo a los enfermos cardiovasculares.
Este alimento produce también vasodilatación, lo que ayuda a bajar la tensión a personas hipertensas, y ayuda a disminuir los niveles de colesterol. En las digestiones los alimentos se absorben mejor porque estimula los ácidos gástricos.
Tiene otras propiedades como antioxidante para prevenir enfermedades degenerativas, antiviral o antifúngico. También tiene efectos antibacterianos frente a la salmonela o la escherichia-coli. Y algunos estudios revelan sus capacidades para prevenir el cáncer, como el de la Universidad de Medicina de China, que indica su potencial para evitar el cáncer colorrectal, aunque según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos los beneficios no son concluyentes.
Rendimiento deportivo y salud ósea
El ajo es una fuente de colágeno, por lo que favorece a la generación de la proteína más abundante del cuerpo humano. Es básica para los ligamentos, los huesos o los tendones, así que supone un aporte fundamental para las personas que realizan deporte y desgastan colágeno continuamente. Además, incrementa la resistencia física de los deportistas y reduce la fatiga.
Este alimento está considerado como un agente ergogénico. Esto quiere decir que ayuda a optimizar la utilización de la energía y a potenciar la fuerza o la velocidad, así como a acelerar la recuperación del organismo.
Varios estudios en roedores han determinado que el ajo contribuye a reducir la pérdida de densidad ósea y mantiene los huesos sanos con los minerales que contiene. Aumenta la cantidad de estrógenos en las mujeres, lo que ayuda notablemente durante la menopausia.