El ascenso de Feijóo
Es cierto que los resultados electorales del 21-O refuerzan la imagen de Alberto Núñez en el PP de cara al futuro. Un eventual fracaso del Gobierno de Rajoy pondría en apuros su liderazgo, pero ligar este fracaso de forma automática con un ascenso de Feijóo a la cúpula del partido plantea, cuando menos, algunos interrogantes.
Un análisis más sosegado y con la perspectiva que dan las 24 horas transcurridas tras la noche electoral, no altera sustancialmente las conclusiones sobre los resultados electorales en Galicia.
El Partido Popular y Alberto Núñez, pese a la pérdida de 135.000 votos con respecto a los comicios de 2009, son sin duda los grandes triunfadores del 21-O, mientras el PSOE y BNG retroceden sustancialmente en favor de la coalición emergente Anova-IU en la que se ha sentido con fuerza el tirón de José Manuel Beiras. Sin embargo, en estas 24 horas y en lo respeta al PP y a Feijóo se han hecho análisis y conjeturas sobre las consecuencias de estos resultados que van más allá las fronteras gallegas, y a ellas voy a referirme.
Es cierto que los resultados electorales del 21-O refuerzan la imagen de Alberto Núñez en el PP de cara al futuro y que este triunfo, y el hundimiento del PSOE en Galicia y en Euskadi, suponen sin duda un aval a la política de austeridad y recortes puesta en marcha por Rajoy tras su llegada al Gobierno. Pero más allá de ese aval puntual y con fecha de caducidad que suponen los resultados electorales, el futuro de Rajoy está ligado a la evolución de la situación económica de nuestro país a lo largo del próximo año. Todo parece indicar que Rajoy deberá abordar una petición de rescate que, aunque sea limitado, puede tener consecuencias a corto plazo en la economía de los ciudadanos. Además, debe abordar la complicada tarea de complementar las políticas de austeridad con otras de apoyo a la reactivación económica y creación de empleo que lleven esperanza a millones de hogares que sufren la crisis de forma más dramática.
Un eventual fracaso del Gobierno de Rajoy en estos objetivos pondría en apuros su liderazgo, pero ligar este fracaso de forma automática con un ascenso de Feijóo a la cúpula del partido plantea, cuando menos, algunos interrogantes. Este fracaso y el recambio de Rajoy en esta legislatura encontraría a Feijóo comprometido con los mismos objetivos en Galicia y además ligado a sus promesas electorales y manifestaciones posteriores de agotar la legislatura, teniendo en cuenta que antes de su remate el partido deberá hacer frente a las próximas elecciones generales.
En resumen, el posible ascenso de Núñez Feijoo, del que se viene hablando en estas últimas horas, habría que plantearlo, en todo caso, más allá del año 2016.